H, Matamoros, Tamaulipas:

¿Ópticas distintas?


Por Mario A. Díaz

   DESDE su óptica personal que le hace ver un éxito rotundo en las elecciones del pasado mes de julio, RAMIRO RAMOS SALINAS, dirigente estatal del PRI, prepara su camino político.

    El líder de los priístas cuerudos se apresta, primero, a ser el presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso Local, luego, candidato a diputado federal en 2,015 y, finalmente, abanderado del tricolor para contender por la alcaldía de Nuevo Laredo en 2,016.

    Así define RAMOS SALINAS su futuro político a corto y mediano plazo, asegurando, claro está, que cuenta con el apoyo del Primer Priísta de Tamaulipas, EGIDIO TORRE CANTU.

    Para el presidente del Comité Directivo Estatal de ese instituto político los resultados del pasado proceso electoral local son más que halagadores.
   Subraya que su partido gobierna la mayor parte de los municipios tamaulipecos y que, además, el poder legislativo está bajo estricto control con las siglas del PRI y sus aliados.

     Es decir, para el líder estatal de ex invencible no tienen mayor importancia las estrepitosas derrotas en Matamoros y Nuevo Laredo ni tampoco que la capital de la entidad estuvo a punto de perderse.

     El júbilo y algarabía están puestos en la recuperación del puerto de Tampico para la causa tricolor, luego de la exitosa campaña proselitista del alcalde electo y ex diputado local, GUSTAVO TORRE SALINAS.

    Desde ese ángulo, RAMIRO RAMOS SALINAS propala a los cuatro vientos lo que considera un importante triunfo del PRI en términos generales, por lo que su futuro político es claro y positivo.

     Sin embargo, lo que no toma en cuenta el dirigente de los priístas tamaulipecos es que, muy probablemente, el Comité Ejecutivo Nacional del PRI será la instancia que designe los candidatos a los nueve distritos electorales federales en la esquina noreste mexicana.

     Con la nueva alternancia política en el país y el regreso del Tricolor a Los Pinos no debe pasarse por alto que en la elección que viene se renovará la Cámara Baja del Congreso de ENRIQUE PEÑA NIETO.

    Si las viejas prácticas continúan como en antaño, la designación de los abanderados no será responsabilidad ni atributo del gobernador EGIDIO TORRE CANTU.
    En consecuencia, los priístas tamaulipecos mejor posicionados en la cúpula del poder tricolor serán los que hagan los honores a quienes porten la estafeta blanquiazul, principalmente.

    De ahí que comiencen a sonar fuerte los nombres de ADRIAN GALLARDO LANDEROS, EDGAR MELHEM, OSCAR LUEBBERT y ALEJANDRO GUEVARA, por ejemplo, como aspirantes a formar parte de la siguiente legislatura federal.

     De ser así, el gozo se iría al pozo en la, eso sí, legítima aspiración, del neolaredense RAMIRO RAMOS SALINAS en ser catapultado al Congreso Federal como paso previo en busca de la recuperación de la presidencia municipal de su terruño.

    Justo es mencionar que son distintas las ópticas del CEN del PRI y la dirigencia estatal tamaulipeca, respecto a los resultados de los comicios electorales del pasado 7 de julio.

    Mientras para “el centro” la elección federal del año pasado y la local del presente no abonan la supremacía tricolor en Tamaulipas, la visión es totalmente distinta para RAMOS SALINAS.

    En la renovación del poder legislativo el PRI nacional pretende recuperar las seis diputaciones federales que se perdieron durante el bautizo político del mandatario EGIDIO TORRE CANTU.

   Ante la reciente pérdida de ocho municipios y seis curules en el Congreso Local, el alto mando tricolor no confía en la efectividad de la operación política de la dirigencia tamaulipeca.

    En ese contexto, no sería aventurado predecir que el futuro de RAMIRO RAMOS se circunscribe a convertirse en el pastor congresal en la siguiente legislatura tamaulipeca.

    Y hasta la próxima.


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Editores periodico frontera

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