OBSERVANDO
La provocación de la SEP
al magisterio nacional.
Por José de la Paz
Bermúdez Valdés
La
Secretaría de Educación Pública (SEP) está iniciando una provocación sin
precedentes en contra del magisterio nacional.
En su afán de complacer algunos intereses
empresariales ha diseñado un calendario escolar de corte fascista, que vulnera
la integridad de los escolares y lesiona la vida laboral de los trabajadores de la educación.
Partiendo de falsas premisas pretende
realizar juicios comparativos con las acciones emprendidas en otros países como
el caso de los Estados Unidos de Norteamérica, Finlandia, Corea del Norte y
otras entidades internacionales que han logrado resultados educativos
sobresalientes.
Olvida
el Secretario Emilio Chaufett las condiciones geográficas, sociales,
idiosincráticas, económicas y políticas de esos países y se sumerge, en un
irreconciliable esfuerzo protagónico por demostrar su afición a la reyerta y la
descalificación, llegando a los extremos de las amenazas y la temeraria
posición de descalificar la paciencia del magisterio nacional.
Veamos.
Ordenó diseñar un calendario escolar, para el próximo ciclo escolar (2013-2014)
más próximo a la explotación ejercida en la época de la Revolución Industrial,
que acorde con los principios modernos de la psicología del aprendizaje y las
indicaciones de la moderan pedagogía, despojando del tiempo de recuperación
intelectual a los alumnos y sometiendo a los docentes a excesos laborales, que
sin duda alguna generaran protestas en breve tiempo.
Cuando
se instituyeron los calendarios escolares por los viejos pedagogos mexicanos como
José Vasconcelos, Rafael Ramírez, Moisés Sáenz y la pléyade de educadores que
impulsaron el “milagro mexicano” establecieron dos calendarios para el país,
conforme a la geografía nacional. Uno, el calendario tipo “A” iniciaba sus
actividades en el mes de febrero y concluía en el mes de noviembre, con
intervalos de descanso en abril y julio con 10 días de reposición intelectual.
Es decir el calendario era de 10 meses. El calendario tipo “B” iniciaba el 2 de septiembre y
concluía el 30 de junio del año siguiente, con dos recesos, en diciembre y
abril.
México
avanzó en pasos agigantados al permitir que los estudiantes descansaran de las
faenas intelectuales que asume cada periodo de clases y a la vez facilitando la
recarga energética de los docentes, lo cuales aprovecharon la oportunidad para
superarse, estudiando en dichos recesos en las escuelas normales superiores
establecidas en el país y que fueron la fuente del incremento de la educación
secundaria y preparatoria del país.
Hoy,
ante la ausencia de una visión pedagógica por parte de quien dirige la política
educativa del país, se pretende mantener a los docentes atados los doce meses
del año, con pretextos baladíes, de corte fascista que sólo demuestra una
carencia de intención de verdaderamente lograr una mejoría en la educación.
Ha
establecido el Instituto Nacional de la Evaluación Educativa (INEE) de reciente
elevación de rango constitucional, que la noción de calidad educativa es
compleja; definirla inequívocamente implicaría resolver discusiones debatidas
entre los especialistas. El INEE entiende el concepto de calidad educativa de
forma que implica, al menos, las dimensiones de pertinencia y relevancia,
eficacia interna y externa, impacto, eficiencia y equidad.
Estas
dimensiones se comprenden mejor en una formulación que las define en términos
referidos a los sistemas educativos, sosteniendo que uno de calidad es aquel
que:
♦
Establece un currículo adecuado a las circunstancias de la vida de los alumnos
(pertinencia) y a las necesidades de la sociedad (relevancia).
♦
Logra que la más alta proporción de destinatarios acceda a la escuela, de
preferencia en la edad estipulada (cobertura), permanezca en ella hasta el
final del trayecto y egrese en los tiempos previstos (terminación) habiendo
alcanzado los objetivos de aprendizaje establecidos en el currículo (nivel de
aprendizaje, eficacia o efectividad interna).
♦
Consigue que los aprendizajes sean asimilados en forma duradera y se traduzcan
en comportamientos sustentados en valores individuales y sociales, con lo cual
la educación será fructífera para la sociedad y el propio individuo (eficacia
externa, impacto).
♦
Cuenta con recursos humanos y materiales suficientes, y los usa de la mejor
manera posible, evitando derroches y gastos innecesarios (efi ciencia).
♦
Tiene en cuenta la desigual situación de alumnos y familias, comunidades y
escuelas, y ofrece apoyos especiales a quienes lo requieren, para que los
objetivos educativos sean alcanzados por el mayor número posible de estudiantes
(equidad).
Las
dimensiones anteriores pueden construirse a partir de un modelo conceptual
basado en la teoría de sistemas.
Con
la construcción del nuevo calendario escolar, no se establece un nuevo currículo que promueva
una pertinencia y genere una fuerte relevancia. No se incrementa la cobertura y
mucho menos se aumenta la terminación de los estudios por parte de los alumnos,
ya que disfrutarán de menos descanso y menos oportunidades de convivencia
familia y en mayor grado incrementaran el abandono de las instituciones
educativas ante la necesidad de colaborar
en la economía familiar.
Por
lo tanto el nuevo calendario escolar no promueve la eficacia en las acciones
pedagógicas y si genera cansancio, molestia y mayor desaliento en los docentes,
los cuales gozaran de menor tiempo para la superación profesional.
La
presunta actualización y superación profesional planeada ilógicamente en el
nuevo calendario escolar sólo propicia la coacción de la autoridad educativa al
amenazar a los docentes de que de no asistir a los remedos cursos, no se les
cubrirán sus salarios.
El
trabajar bajo amenaza, al borde del secuestro, no puede producir buenos
resultados. ¿Esa fue la intención de meter a la cárcel a Elba Esther Gordillo?
¿Amedrentar al magisterio nacional?
Tal
vez, y sólo tal vez, los nuevos dueños del poder político en México estén
pensando que bajo coacción lograrán mejores resultados, pero se equivocan,
podría gestarse un mar de protestas y concederle la razón a la Coordinadora
Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) la que por ahora si faltarle
razón en sus protestas han equivocado la forma de realizar las acciones de
rechazo, a estas medidas absurdas.
Si
tanta admiración existe por parte del Secretario de Educación por lo que se
realiza en otras latitudes no observa con detenimiento lo que sucede en el
marco profesional en dichos países. Pongamos por ejemplo el caso de los Estados
Unidos de Norteamérica, país que inicia sus actividades en la última semana de
agosto y concluye su periodo lectivo en el mes
de mayo. Es decir, sólo se labora durante 9 meses y hasta ahora le han
producido excelentes resultados.
No
es la pretensión magnificar el tiempo de descanso escolar, sino entender los
avances de la pedagogía, de la psicología y de la economía, las que demuestran
hasta la saciedad que los individuos deben gozar de determinados espacios para la recuperación mental,
emocional física e intelectual, que sin no se genera la oportunidad del
descansos, hay cansancio, estrés y consecuentemente bajo rendimiento.
¿Lo
sabrá Chaufett?
Por
otra parte, elevar la calidad de la educación no es cuestión de incrementar los
días laborables, de evitar el descansos a los estudiantes o de someter al
magisterio a la extenuación, sino de una cuestión muy elemental: hay que
incrementar la inversión pública en el sector educativo.
Elevar
la inversión en educación para construir escuelas acordes a las exigencias de
la educación moderna, terminar con las aulas de madera, de paja, de cartón, de
espacios en casa de Infonavit o en construcciones inadecuadas.
Antes
de pensar en cadenas y grilletes para el magisterio hay que solucionar las
exigencias de los estudiantes de contar con servicios sanitarios en los
edificios escolares, aulas iluminadas, guarecidas de las inclemencias del
tiempo, propiciar la posibilidad de evitar el abandono de los estudios.
Hay
que superar los viejos prejuicios generados por las añoranzas de la esclavitud,
la profesión magisterial no es servidumbre, constituye el pilar del progreso de
un país, no entenderlo así, es pensar como hoy lo hace la Secretaría de Educación
Pública en México.
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