Lic.
Luis Gerardo González Álvarez
LAS ANÉCDOTAS
DE LA POLÍTICA
Hola que tal amables
lectores existen un sinnúmero de anécdotas recopiladas y producidas por muchos
autores, que plasman el momento trascendental por el que pasaba el país y
nuestro estado en temas de política.
En estos tiempos de
campaña, bien vale la pena recordar pasajes que en nuestro estado causaron la
risa por la picaresca de candidatos, gobernantes y uno que otro analista
político que puso de manifiesto su creatividad en forma de anécdota.
UNA
ANÉCDOTA
Una anécdota es un
cuento corto que narra un incidente interesante o entretenido, una narración
breve de un suceso curioso, algo que se supone le haya pasado a alguien.
Siempre está escrita
como si se trataran de hechos reales, por ejemplo un accidente con personas
reales como personajes, en lugares reales. No obstante y con el correr del
tiempo, las pequeñas modificaciones realizadas por cada persona que la cuenta
pueden derivar en algo con mucho de ficción, que sigue siendo contada pero en
general que tiende a ser más exagerada.
Aunque
a veces sean humorísticas, las anécdotas no son chistes, pues su principal
propósito es expresar una realidad más general que el cuento corto por sí
mismo, o dar forma a un rasgo en particular de un personaje o una institución.
Para Francisco Ramos
Aguirre, cuenta que en una época el anecdotario político tamaulipeco, se
enriquecía cotidianamente de los ahora llamados dinosaurios, que disfrutaban de
cierta solvencia intelectual producto de una trayectoria y meritos en el oficio
político.
La
anécdota y chascarrillos sobre su actuación pública, es una especie de
contraloría social, producto del ingenio colectivo; pero además, nos indican la
popularidad entre la ciudadanía.
COMO
SE DOCUMENTA EL ANECDOTARIO
Documentar el optimismo
y picardía tamaulipeca en el contexto del poder, no es tarea fácil. Quien lo
intente, deberá convertirse en asiduo visitante de lugares donde se habla de
personajes de las altas esferas de gobierno.
Hace algunos años el
laboratorio clandestino del anecdotario tamaulipeco, eran las cantinas y cafés
eminentemente populares: Teka, Tampico Club, el Gallito, Dady’s, Royal,
Martins, París, Elite y muchos más. En estos lugares se transitaba de la
comedia a la tragedia. Se derrocaban gobernadores, cambiaban y renunciaban
funcionarios, por motivos de salud.
La anécdota, dice el
licenciado Fernando García Arellano, es un haz luminoso que en su brevedad,
permite ampliar la visión en torno al quehacer u omisión de una persona en
peculiares circunstancias de comprometida valoración. Los políticos
tamaulipecos, son expertos en aportar pepitas de oro sobre el tema que nos
ocupa y los ejemplos son numerosos.
HOY
LAS REDES SOCIALES
Hoy el rumor es en el medio mas
efectivo de la comunicación, las redes sociales del Facebook y Twiterr, donde
los políticos modernos y ñoños rehúyen
de los lugares públicos, seguramente por el temor de algún reclamo. Otros, se
ocultan en los privados de suntuoso restaurantes y de hoteles de gran
prestigio.
LAS
ANÉCDOTAS MÁS COMENTADAS EN TAMAULIPAS
Una de las anécdotas más
comentadas del tamaulipeco y presidente de México, Manuel González, se refiere
a un encuentro con su compadre Porfirio Díaz. Platicaba Don Jesús Reyes Heroles
a Octavio Paz, Vicente Leñero, Julio Scherer y Enrique Krauze, que vísperas de
la sucesión presidencial en 1883, ambos personajes se reunieron y que el
oaxaqueño le comentó a González que él no tenía ninguna ambición política, y
menos convertirse en su sucesor.
Mientras
tanto, el héroe tamaulipeco lo escuchaba con atención en su despacho de palacio
de gobierno, mientras fingía buscar con insistencia, alguna cosa en los cajones del escritorio. “¿Qué busca compadre?”. El matamorense le
contestó: “! Al pen… que se lo crea!”.
Magdaleno Aguilar, era
uno de los más socorridos a quien le colgaron un sinnúmero de anécdotas.
Algunas se relacionaban con su escasa preparación escolar. Platican que cuando Emilio Portes Gil era presidente de México,
le recomendó leyera: Los Tres Mosqueteros para ilustrarse. Atendiendo el
encargo, Don Maleno acudió a una librería de la calle Donceles y preguntó a una
empleada el precio del libro: “Treinta pesos.” Le dijo. Sacó diez pesos de la
bolsa y se los entregó: “Bueno, pues nomás me alcanza para uno. Si me gusta,
vengo por los otros dos.”
El gobernador Marte R.
Gómez, tenía fama de ejercer el poder de manera enérgica y enorme sentido
común. En asuntos de atender comisiones en palacio de gobierno, lo hacía de
manera rápida. Una ocasión acudió a su despacho un grupo de campesinos de la
frontera para solicitarle la construcción de un canal de riego.
Marte los escuchó y en
cinco minutos se encaminaron a sus lugares de origen. Durante la asamblea
ejidal, sus compañeros les preguntaron sobre los resultados del trámite. “Muy
mal. Autorizó el canal del agua, pero no nos atendió bien.”
Manuel
Garza González, aspirante a la gubernatura de Tamaulipas uno de los políticos más experimentados de
México, decía irónicamente: “El viejo cuenta lo que hizo, el pen… lo que va a
hacer y en México todos somos iguales; pero hay unos más iguales que otros.”
Otra de las creadoras de
frases célebres es Laura Alicia Garza Galindo. Días antes del destape de un
candidato a la gubernatura a Tamaulipas, declaró a la prensa: “Este arroz ya se
coció.”
Por su parte, el
periodista Juan Pérez Ávila recuerda una anécdota sobre el presidente José
López Portillo, un político de personalidad carismática, alto, sonriente,
blanco y patilludo. Durante una visita a Tampico, correspondió al locutor
Carlos Enrique Núñez de Cáceres, dirigirle unas palabras a nombre del gremio de
comunicadores.
Al concluir su
intervención, se disculpó con el mandatario por los errores cometidos, argumentando que nunca había hablado frente a
un presidente. Portillo lo consoló: “Nunca ha hablado frente a un presidente,
pero bien que se los ha bebido.” Refiriéndose al brandy de moda en esa época.
Cuando
el licenciado Bruno del Río, ex secretario general de Gobierno durante el
sexenio del doctor Emilio Martínez Manautou, se enteró que Heriberto Batres,
alto funcionario de la Secretaría de Gobernación, asumiría el mismo cargo con
Américo Villarreal Guerra, se presentó a su oficina y le dijo: “Te bajaste de
un jet para subir a un monomotor.” Batres lo contestó irónicamente: “Sí, pero
hay otros que se caen de un triciclo.”
Hoy estas anécdotas
siguen siendo el tema del análisis político, el recuerdo para muchos que han
hecho un verdadero oficio la política.
Hasta la próxima mi correo es archivo.mpal@matamoros.gob.mx
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