El Pacto por México
La evaluación, un instrumento político.
El rentismo en la educación
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El
Pacto por México.
Por José de la Paz Bermúdez Valdés
Mucha
publicidad se ha hecho en torno del denominado “Pacto por México”, un acuerdo
político entre quienes detenta en poder escatimado a la ciudadanía.
Realmente
no resulta comprensible que si la pretensión es adoptar medidas que permitan
que México salga adelante, mejore, encuentre soluciones a sus múltiples
problemas, sólo haya concertado la participación de tres partidos políticos.
Se
parte quizás del supuesto de que dichos institutos políticos representan la
voluntad de la mayoría de los mexicanos. Primer error.
Si
revisamos los porcentajes de votación emitida en el último proceso electoral
(2012) encontramos que la mayor cantidad de ciudadanos se encuentra dentro de
los que se abstuvieron, es decir los que no creyeron en ninguna de las opciones
partidistas o no son militantes de
ningún partido.
Entonces
¿Por qué la convocatoria para la realización de un PACTO POR MEXICO, no
consideró la inclusión de estos mexicanos que quizás puedan ofrecer mejores
opciones de realización que los directivos de tres partidos?
Ese
PACTO, debió considerar a los empresarios, que son los promoventes de la
economía nacional y por supuesto a los organismos representativos de éstos
(COPARMEX, CONCANACO, CONCAMIN, ETC.), a los obreros, realizadores el acontecer
constructivo de la nación y desde luego a sus organizaciones (los sindicatos de
todas las centrales), a los profesionistas aglutinados unos en sindicatos,
otros en asociaciones, pero al fin y al cabo representativos de un gran apoyo a
la vida nacional y por supuesto a las diferentes organizaciones campesina y
agrícolas.
Porque
considerar sólo a los dirigentes de los partidos políticos constituye el más
grave de los errores del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto. Muestra
que no hay voluntad política para ser interlocutor de la sociedad mexicana.
No
todo en México es política ni actividad electoral.
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La
evaluación, un instrumento político.
El
deporte nacional hoy en día en México, es hablar de la evaluación magisterial.
Pero…
¿Por
qué evaluar sólo al magisterio? ¿Por qué no evaluar a la clase política?
Afirman
sin ningún rubor los encendidos partidarios de la evaluación al magisterio, que
es comprensible que si un docente después de una o dos oportunidades de
presentar exámenes que lo acrediten para la realización del ejercicio
pedagógico, debe ser despedido, porque sólo se requieren los mejores frente a
grupo.
Bien,
muy bien por ellos. Pero…. ¿Qué pasa con los diputados y senadores que después
de un periodo ordinario de sesiones no han desempeñado su cargo con honestidad,
con eficiencia, con responsabilidad? ¿También se les despedirá?
¿Qué
sucederá con los Malio Fablio Beltrones, los Emilio Gamboa Patrón, los Cavazos
Lerma, los Marco Antonio Bernal y tantos otros que han brincado de un cargo
público a otro y hasta la fecha no han dado resultados para quienes dicen
representar? ¿Los correrán?
Si
de verdad se quiere mejorar la educación del país, debemos empezar por la clase
política. De otra manera, sólo estaremos engañándonos con
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El
rentismo en la educación
Con
esta denominación se significa a quienes declaran su preocupación por la
educación, pero sólo desde el ámbito de su imaginación.
Son
rentistas los dirigentes sindicales del SNTE y de la CNTE, unos porque
aprovechando el encaje de las cuotas sindicales, las cuales les entrega el
gobierno federal directamente, sin conocer si los docentes han aceptado el
descuento correspondiente y los otros, porque se han convertido en hordas de
delincuentes que todo lo destruyen a su paso.
Los
Maestros de México no merecemos ni a unos ni a otros.
Los
primeros, los del SNTE, porque se han convertido en una casta divina. Viven en
la opulencia, traicionan los anhelos del magisterio de base y son producto de
la mediocridad sindical que prevalece en sus órganos de gobierno, siempre al
acecho de negocios al amparo de los cargos de dirección gremial. Constituyen
una especie de depredadores de los fines e ideales del sindicalismo, más
prestos a la represión que al estímulo de las luchas magisteriales.
Los
segundos, los de la CNTE, porque al través del tiempo su evolución ha sido
regresiva, de ser los porros del SNTE, se convirtieron en la disidencia de la
conciencia magisterial, proclives a la destrucción válidos de de la impunidad,
realizan acciones que denigran al magisterio nacional.
Unos
y otros han construido feudos de poder para un selecto grupo que encamina a
logos personales de enriquecimiento, de chantaje político, de ignorancia de la
verdadera lucha de los trabajadores de la educación, que aspira a ser mejores,
más preparados, que ansían recibir mejores salarios y la dignificación social
que corresponde a los profesionales de una actividad que de suyo representa lo
mejor de la sociedad mexicana.
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Observado.
Los
directivos del Partido Acción Nacional (PAN) en Veracruz, demuestran con la
denuncia hecha en contra de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) que
participan en el proceso electoral de este año, con la intención de ganar.
Realizan
su quehacer político denunciando al PRI, en cambio en Tamaulipas, son
coparticipes de los malos manejos que realiza el gobierno estatal y ni una sola
palabra de denuncia.
En
la ciudad de Matamoros, como quizás en la mayoría de las del estado el PRI, al
través de las presidencias municipales sigue distribuyendo despensas al través
de los presidentes de colonias y directivos ejidales. Hasta ahora los
directivos y presuntos candidatos del PAN, no han dicho nada.
Esa
es una de las razones por las que la ciudadanía no cree en la presunta
candidata del PAN a la alcaldía de Matamoros, jamás a lo largo de su gris
participación en cargos públicos ha realizado una sola ¡una sola! Declaración
en contra del PRI. ¿Será por qué siempre ha estado “arreglada” por ese partido?
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