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Precisiones sobre la evaluación magisterial.
* Responsabilidad social en el atraso educativo.
* Observado.
* Precisiones sobre la evaluación
magisterial.
Por José de la Paz Bermúdez Valdés
Gracias
a quienes de una forma u otra nos hicieron llegar su punto de vista respecto a
lo consignado en la columna anterior, en donde señalamos nuestra posición con
respecto a la Reforma Educativa puesta en vigor por el actual gobierno federal.
Señalamos,
con absoluta claridad nuestro desacuerdo con los actos vandálicos
protagonizados por quienes se designan profesores y actúan como bárbaros,
destruyendo todo lo que se opone a sus pretensiones.
Esa
no es la formación educativa que recibimos en el aula, esa no es la mística de
que fuimos investidos para ejercer la docencia. En las Escuelas Normales del
país se nos enseña que ser profesor implica observar una conducta respetuosa,
un ejercicio profesional fundado en la investigación científica, pero sobre
todas las cosas, desarrollar un compromiso con la superación de nuestros
alumnos, conduciéndolos por caminos de razonamiento, de investigación, de
esfuerzo y de superación.
Aprendimos
que la razón no requiere del uso de la fuerza bruta. Por sí misma constituye
una fuerza capaz de vencer todos los obstáculos. Se nos ensenó que destruir los
bienes de la nación es destruirnos a nosotros mismos, que en la medida que
logremos acuerdos, confianza, mejoraremos el destino de nuestra patria.
Ese
es el principal legado que nuestros Maestros formadores en la Escuela Normal
nos entregaron, recomendándonos siempre que sin renunciar a nuestros derechos,
nuestra inconformidad, nuestra protesta debería ser encausada por los caminos
de la legalidad.
Hoy
con tristeza observamos que hay quienes desoyendo las sabias enseñanzas de
nuestros Maestros transitan peligrosamente por los caminos de la provocación,
obligando al estado a utilizar sus instrumentos, a los que suelen ser afectos
quienes no entienden la indignación, la frustración, la impotencia, de quienes
desarrollando acciones equivocadas, lo único que pretenden es el mejoramiento
de las condiciones de vida del magisterio nacional.
Por
lo tanto, las voces que nos repiten en forma incesante de que es importante que
se evalúe al magisterio nacional, como fórmula de mejoramiento del sistema
educativo nacional, no son sólo posiciones sectarias, sino obtusas concepciones
de un mal que se anida en la planeación, organización y aplicación de las
disposiciones legales en materia educativa, las que han conducido al estado de
desastre a la educación nacional.
La
evaluación al magisterio es tan sólo un elemento que puede contribuir al
mejoramiento de las condiciones actuales, pero no es el único. Habría que
empezar por evaluar a quienes dirigen la educación en el país, a quienes la
dirigen en los estados, a quienes están al frente de las dependencia
municipales en este rubro.
Si
de verdad se quiere mejorar la educación empecemos por evaluar al presidente de
la república, a los gobernadores, a los presidente municipales, a los
senadores, a los diputados federales, a los diputados locales, evaluémoslos
para determinar si realmente están cumpliendo con su función y que su
permanencia se supedite a su capacidad probada para el ejercicio a desempeñar.
Señalar
que el desastre educativo que padecemos sólo es responsabilidad del magisterio
constituye una de las peores ignominias.
El
estado no ha construido los espacios educativos apropiados para el ejercicio de
la docencia. Son miles de jacales, chozas, casa de madera, casas habitación
habilitadas como escuelas, las que desarrollan esas funciones. Carecen del
inmueble, ya pueden imaginarse de que más adolecen.
Entonces,
¿Cómo es que el gobierno quiere elevar la calidad de la educación, sólo con la
evaluación al magisterio?
¿Por
qué los docentes tienen que buscar otro trabajo después de cumplir con su
jornada laboral para completar el sustento de sus familias?
¿La evaluación al magisterio determinará el
incremento salarial que permita la existencia de una vida digna, tal y como lo
estable la actual Ley General de Educación?
Que no
engañen a la sociedad, como tampoco nos engañemos nosotros con la cantaleta de
la urgencia y necesidad de evaluar al magisterio.
La Reforma Educativa debe dirigirse al
cumplimiento de las más caras ambiciones del pueblo mexicano, convertir en
realidad la gratuidad plasmada en el Artículo Tercero y que en la práctica
constituye una utopía, los propios estudios gubernamentales establecen que gran
cantidad de niños abandonan las aulas por carecer sus padres de los recursos
para permitirles seguir estudiando y obligan a los menores a integrarse al
trabajo, trabajo que le permita ayudar al gasto familiar. Esa si es una
exigencia.
Otras voces se inclinan a manifestar que la
Reforma Educativa recién aprobada terminará con la herencia de plazas. Que
absurdo. El ejemplo más vivo de dicha práctica lo tenemos en nuestra clase
política. ¿Cuándo se terminará esa cuestión?
Los ejemplos más vivos los tenemos en el
propio presidente de la república, sobrino de Arturo Montiel, otora aspirante a
la candidatura a la presidencia de la república, en los Hank, en los Monrreal,
en el tránsito de un cargo a otro, como Manlio Fabio Beltrones que ahora es
gobernador, mañana Senador, hoy Diputado Federal, Emilio Gamboa , que ha
recorrido todos los cargos existentes en la administración pública, Manuel
Cavazos Lerma, Diputado Federal, Senador, Gobernador y hoy nuevamente Senador.
En fin la lista sería enorme. Claro, ellos si pueden heredar los cargos, los
Maestros no.
Dicen
que el buen juez por su caza empieza. Que empiecen los Senadores por ellos
mismos, que todo aquel Senador que ya haya ocupado un cargo de elección popular
deje la curul y permita el acceso a nuevos elementos. Una cosa similar podría hacerse en la Cámara
de Diputados y en la legislaturas locales.
Sólo así estaríamos ante una verdadera Reforma
Educativa, la cual predica con el ejemplo.
*
Responsabilidad social en el atraso educativo.
La
realidad es que en el tema educativo habría que considerar la responsabilidad
con un criterio global.
Las bajas
calificaciones que obtenemos en los exámenes internacionales, ¿es sólo
responsabilidad del magisterio nacional en los distintos niveles educativos? La respuesta es evidente: No.
¿Cuánta responsabilidad tiene el Estado en esto? La mayor parte. ¿Cómo
es posible que pretenda evaluar universalmente a los alumnos que asisten a una
escuela unitaria (unidocente: un sólo maestro que atiende dos o más grupos y
que son conocidas como multigrado), que a los alumnos que asisten a una escuela
de organización completa ( cada maestro atiende un grado) o a los alumnos de
una institución que cuenta con todos los elementos tecnológicos modernos.
Si el estado no logra la equidad en las instituciones educativas, no
puede medir a todos con el mismo rasero. A esto se le llama injusticia. Es esta
la que ha originado protestas y violencia.
Cuando el estado construya las escuelas, cuando las dote de los
elementos necesarios que las coloquen en igualdad de condiciones,
independientemente del espacio donde operen (rurales o urbanas), entonces, y
sólo entonces podrá exigirle al magisterio iguales resultados y podrá hablar de
la permanencia como un elemento de igualdad en la oferta educativa.
Cuando los
padres de familia no se conformen con sólo llevar a su hijo a la escuela, sino
que se involucren en el proceso enseñanza-aprendizaje, es decir se enteren de
las dificultades que tiene su hijo, y consecuentemente valide el esfuerzo que
realiza el Maestro para integrarlo al grueso del grupo, como comunidad de
aprendizaje, entonces podremos exigirle al Magisterio una mejor continua en su
desempeño profesional.
Aunado a
todo ello, cuando la sociedad deje de descalificar al Maestro, acusándolo de
una responsabilidad que no le corresponde como son las suspensiones de
actividades escolares contempladas en el Calendario Escolar, y entienda que esa
programación la realiza la autoridad educativa y ella sólo ella es responsable
de dichas acciones.
En la educación
de nuestros hijos, los niños de México, todos somos responsables, entonces,
dejemos de culpar al magisterio por todo lo que nosotros no hacemos y que
estamos obligados a realizar.
* Observado.
¿Hasta cuando se rendirán las cuentas de
lo recaudado en la Playa Bagdad de Matamoros?
Los panegiristas de la actual administración en dicho escenario afirman
que se gozó de un ambiente muy limpio. ¿Qué la rendición de cuentas no es un
acto de limpieza?
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