PERIPLO POLÍTICO
Por: Ambrosio Garza Dragustinovis
Cuentan las sagradas escrituras que los
celos y la ambición de CAÍN le costaron la vida a su hermano ABEL. Un golpe
asentado con una quijada de burro puso fin a la historia y dejó el precedente
de que en ocasiones ni la misma sangre se respeta, mucho menos cuando es ajena…
Tremendo escándalo envuelve a una da las
familias más encumbradas de la capital de Tamaulipas, y serán tan ruidoso que
amenaza derrumbar varias notarías, auditar con lupa al Registro Público de la
Propiedad, para sacarle todo su cochambre, y mandar a la cárcel a prominentes
personajes de la vida política, social y médica de la entidad.
Para nadie es un secreto que JOSÉ
VILLARREAL CABALLERO prodigó mucho amor a sus hijos JOSÉ y ANTONIO; los educó y
les enseñó las artes de los negocios.
Quien imaginaría que decenas de años
después, estos dos personajes disputarían una inmensa fortuna al grado de hacer
todo tipo de chapucerías para asegurar el “statu quo” en el que nacieron y no
verse descobijados al no tener fortuna o al menos tener menos bienes de los que
presumen se merecen.
JOSÉ acusa a su hermano ANTONIO de hacer
una suerte de cochinadas legaloides para arrebatarle parte de la fortuna que le
corresponde e incluso acusa directamente que un día antes de la muerte del
padre, ANTONIO operó con un grupo de tramposos falsificó la firma en su lecho
de muerte para modificar el testamento, en algo que hasta el momento tiene
consternada a la población tamaulipeca por ser una historia digna de película.
LA ENCUERADA
Tremenda exhibida le dio JOSÉ VILLARREAL
SALVÍVAR a su hermano ANTONIO: uno es el propietario de COMVICSA, una empresa
dedicada a vender litros de gas, el otro es el dueño del periódico EL MERCURIO,
a quien su mismo hermano lo acusa de extorsionador político y chapucero.
JOSÉ asegura que ANTONIO, mediante una
truculenta maniobra se quedó con el “título” de heredero universal y albacea de
la fortuna de JOSÉ VILLARREAL CABALLERO.
Y para conseguirlo tuvo la complicidad de
por lo menos tres Notarios Públicos, un doctor y dos ex parejas sentimentales
de su padre para hacer acopio de los bienes y repartírselos dejándolo fuera de
la pepena que, por lo que se ve, es demasiado que no se la acaban ni en esta ni
en otras tres o cuatro vidas.
JOSÉ no se anduvo por las ramas acusa
directamente a ANTONIO de ladrón, de mentiroso y de comandar una pandilla de
chapuceros a quienes les entrega una migaja del enorme pastel en disputa.
Por eso ahora JOSÉ intenta anular por la
vía civil el chapucero juicio sucesorio testamentario que ANTONIO promovió bajo
el expediente 691/2004; por lo que fue al Juzgado Tercero Civil a presentar su
queja quedando asentada bajo el número 246/2012.
MUCHO COCHAMBRE
JOSÉ “EL ALEMÁN” VILLARREAL, como también
se le conoce, no se anda por las ramas, le pone nombre a las cosas y por ello
señala con índice flamígero (y además quemante, uy, uy, uy) que tanto el
testamento, el juicio sucesorio, los convenios de repartición de bienes son actos
puros y llanamente ilegales que llevan el sello, la firma y la manufactura de
la corrupta ambición de su hermano ANTONIO, de quien cuenta que cuando eran
chiquitos siempre le quitaba los juguetes, por lo que no le sorprende que ahora
continúa terco con querer arrebatar lo que no le corresponde.
Según la versión difundida por JOSÉ “El
Alemán”, el notario RAÚL FLORES MORÁN, el tristemente célebre y famoso por las
turbias historias de uno de sus “desviados” hijos que tienen un pendiente por
uno de los canales del FOVISTE, fue una de las piezas claves en el arreglo a
modo del testamento de JOSÉ MANUEL VILLARREAL CABALLERO, toda vez que atestiguó
la fabricación de un testamento de parte de un enfermo en fase terminal a quien
por las mismas circunstancias no está en condiciones de elaborar dicho
documento y menos con plena lucidez.
Por lo que se sospecha, según el quejoso,
que de ese tamaño ha de haber estado el billetotote que se embolsó RAÚL FLORES
MORÁN (Notario 226), además de uno que otro bien inmueble de los miles que
tenía en su haber JOSÉ VILLARREAL CABALLERO en vida. En la demanda que
interpuso JOSÉ, también embarra a otros personajes entre los que destaca el
médico ALEJANDRO TIRADO.
YO ACUSO…
La neta camioneta que la historia de DALLAS
se queda corta con lo que está pasando en la capital de Tamaulipas en la pugna
de dos hermanos multimillonarios, JOSÉ y ANTONIO, por ver quién se queda con la
enorme fortuna que en vida forjó el padre de ambos, JOSÉ VILLARREAL CABALLERO,
fallecido en el 2004.
Y es que tomando en cuenta las condiciones
que narra JOSÉ, sobre la salud de su padre, se pueden entender, sospechar y
hasta adivinar que FLORES como TIRADO se llevaron tremendo billetotote al
ayudar a ANTONIO a quedarse con todo.
La confabulación se da, según JOSÉ, un día
antes de la muerte de su padre, desenlace presentado el 13 de junio del 2004 a
la 6 de la tarde en la planta alta de lo que fuera su domicilio ubicado en 12
Chihuahua #664. Ya que en etapa terminal RAUL FLORES MORAN da fe de que la
firma estampada en el testamento es la de JOSÉ VILLARREAL CABALLERO y el doctor
ALEJANDRO TIRADO corroboró y dictaminó como “saludable” y consciente a un
moribundo al momento de suscribir el documento.
Según versión de JOSE “El Alemán”
VILLARREAL, la fortuna que dejó su padre prácticamente es incalculable toda vez
que contiene infinidad de residencias de primer nivel, predios rústicos y
urbanos, diversas compañías, incluyendo el periódico El Mercurio, aunque esté
formada como Sociedad Cooperativa de Productores, varios aviones, innumerables
bienes en el extranjero, incluyendo Europa y Asia, diversas cuentas bancarias
con mucho dinero tanto en moneda nacional como extranjera, acciones en otras
tantas compañías, diversas cuentas de inversión, además de más activos
(bienes).
Esta incuantificable fortuna que muchos se
atreven a ponerle valor de más de mil millones de pesos si es que más, fue lo
que detonó la ambición de ANTONIO, quien según JOSÉ, no ha podido dar en el
clavo para hacer que el periódico EL MERCURIO vuelva a ser lo que era cuando
JOSÉ VILLARREAL CABALLERO vivía.
LA CONFABULACIÓN
La historia telenovelera que presenta JOSÉ
“El Alemán” VILLARREAL pone al descubierto una serie de complicidades en el
sistema de justicia tamaulipeco, además de mucho cochambre en diversos
personajes que debería de tener la ética como rector de su vida.
En ella están inmiscuidos importantes
personajes que poco a poco se irán
ventilando, como prueba de que en Tamaulipas todavía campea la
corrupción en el sistema de justicia y hasta en el Registro Público de la
Propiedad.
Por ello JOSÉ “El Alemán” VILLARREAL está
exigiendo que le retiren la notaría a RAÚL FLORES MORÁN y que ALEJANDRO TIRADO
SALDÍVAR ya no ejerza como médico, bajo el argumento de haberse confabulado a
elaborar un falso testamento para beneficiar a su hermano ANTONIO.
Para ello JOSÉ está demandando el pago de
los daños y perjuicios causados por RAÚL FLORES MORÁN al dar fe de un
testamento elaborado por un moribundo y exige que le sea retirado su “permiso”
para detentar una Notaría Pública nomás por chapucero.
Y también se le fue a la yugular de
ALEJANDRO TIRADO SALDÍVAR, al haber extendido un certificado médico en donde
consta que JOSÉ MANUEL VILLARREAL CABALLERO gozaba de cabal salud y lucidez en
su “lecho de muerte”, cosa que cualquiera con apenas y dos dedos de cerebro
entiende que es imposible…
A su hermano ANTONIO fue a quien le dio
tremenda arrastrada, una tremendísima encuerada porque lo presenta como una ave
de rapiña, un carroñero, un voraz vividor que se aprovechó de los últimos
suspiros de su padre para quedarse de manera chapucera con la inmensa fortuna
de la que, en Tamaulipas, se sabe nunca hizo nada para merecerla…
Pero además estas versiones las está
difundiendo entre el círculo de amistades de ambos, generando el repudio y la
sorpresa de quien las escucha.
TODAVÍA HAY MÁS…
Se comentan en los cafés y en los altos
círculos sociales que tanto RAÚL FLORES MORÁN como ALEJANDRO TIRADO SALDÍVAR
están que no lo cierran porque saben bien que JOSÉ “El Alemán” VILLARREAL no es
una perita en dulce ni mucho menos hermana de la caridad y si tiene los
arrestos para enfrentar a su propio hermano ANTONIO qué pueden esperar ellos de
su reacción.
Otro de los notarios que también le
entraron a la chapuza, según versiones de JOSÉ “El Alemán” VILLARREAL es RAÚL
ENRIQUE MORALES CADENA, pues este notario, el Número 250, dio fe de un supuesto
convenio de Cesión de Derechos Hereditarios en donde participan ANTONIO
VILLARREAL, SCARLETT HELEN BARBER COOPER, la ex amante del finado y el hijo de
ambos, FERNANDO VILLARREAL BARBER.
Todavía ni se enfriaba el cadáver de JOSÉ
VILLARREAL, cuando ANTONIO y SCARLETT ya se habían repartido varios bienes,
bajo la mirada complaciente y la cómplice firma notarial de MORALES CADENA…
Uta, una historia digna para la serie: ¡Crímenes Millonarios!
Y como dice el dicho tanto peca quien mata
la vaca como quien le estira la pata, el nombre de MARIA LUISA VÁZQUEZ CASTILLO
también es acusada de chapuza por JOSÉ “El Alemán” VILLARREAL, ya que fue esa
notario la que realizó la escritura de protocolización del supuesto Juicio
Sucesorio Testamentario 691/2004… la cosa se pone retepeliaguda…
SE SOSPECHA…
Aunque no lo dice en esos términos, JOSÉ
“El Alemán” VILLARREAL deja entrever que en el Registro Público de la Propiedad
también hay mano pachona e incluso que pesados personajes del sexenio pasado
intervinieron para hacer tipo “fast track” cambios de registro de propiedad a
favor de ANTONIO VILLARREAL SALDÍVAR, ya que en el año en donde se dieron estos
enjuagues chapuceros fue el 2008, tiempo en donde fingía ser EUGENIO HERNÁNDEZ
FLORES gobernador de Tamaulipas, porque hoy se sabe que nomás se dedicaba a
atender la lavandería y la chamba de gobernador era pura pantalla.
Dentro del cúmulo de demandas interpuestas
por JOSÉ “El Alemán” VILLARREAL destaca la hecha a una entidad del actual
sexenio, como lo es la Dirección del Instituto Registral y Catastral del
Estado, que es en donde se dieron los cambios y registros de propiedad a través
de juicios sucesorios testamentarios que son calificados por el quejoso como
apócrifos, falso, chapuceros, deshonestos y ranciamente corruptos.
Y es que la neta camioneta cualquiera que
ha estado cerca de un enfermo en fase terminal sabe que sus últimos momentos
son incoherentes ya sea porque le fallan varios de sus órganos o bien por el alto grado
de sedantes que circulan por su cuerpo para mitigar el dolor y ayudarlo a bien
morir.
Por ello tratar de hacer efectivo un
testamento redactado un día antes de su muerte, con el mundo encima y “avalado”
por un notario chapucero, un médico tramposo y un hijo ambicioso de plano que
se antoja miserable, además de cochino… Así de gruesote ha de haber estado el
billetote que soltó ANTONIO a sus cómplices… Dice JOSÉ…
CONCLUSIONES
Este escándalo apenas es el comienzo de
algo novedoso y grande porque encierra, como ya lo dijimos, a connotados personajes
de la vida política, empresarial, social, médica y periodística no nomás de la
capital tamaulipeca sino de todo el estado.
Y más se torna interesante porque las
relaciones de ambos personajes, JOSÉ y ANTONIO, llegan hasta lo más alto de los
organismos no nomás estatales sino también nacionales.
La ambición desmedida de un hijo (ANTONIO)
y la inoportuna desatención en los asuntos de su padre por parte de otro (JOSÉ)
ha generado una historia que es la comidilla de la capital y más allá de sus
fronteras.
Y es que la neta camioneta resulta
hartamente interesante, morbosa si lo prefiere, saber en qué va a parar esta
situación pues quien acusa no es cualquier hijo de vecina y el presunto ladrón
es su mismo hermano…
Intrigas, sospechas, confabulaciones, amenazas
y una serie de supuestos se encierran en esta historia que pone al descubierto
las más añejas de las debilidades humanas: la ambición por el dinero.
Habrá que ver cómo operará la justicia
tamaulipeca y sobre todo saber si habrá parcialidad o seguirá existiendo la
sospecha de que la justicia tiene precio… Estaremos al pendiente…
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