Por: Mario Diaz
SI bien es cierto que tampoco
será a la voz de ya, también es muy cierto que el gobernador EGIDIO TORRE CANTU
prepara cambios en su gabinete y en su Partido.
Una vez que la burocracia estatal retorne
del período vacacional veraniego, se da como un hecho el reajuste en el equipo
torrista derivado de los malos resultados que arrojó el recién proceso
electoral federal en Tamaulipas.
Enroques, cambios, ceses o simplemente
rescisiones de contrato, de acuerdo al cristal con que se observe, será lo que
seguramente ocurrirá en las semanas por venir.
Se estima que el mandatario estatal tiene
los ojos puestos en el secretario general de Gobierno, MORELOS CANSECO GOMEZ, y
en el presidente del Comité Directivo Estatal del PRI, LUCINO CERVANTES DURAN.
Ambos, son responsables de la política
interna y partidista, respectivamente, y, en consecuencia, entre quienes recae
la responsabilidad mayor sobre la jornada comicial que pintó de azul el
territorio tamaulipeco.
También, el destino del ex secretario del
Trabajo y ex coordinador de las campañas electorales, RAUL CESAR GONZALEZ
GARCIA, no es del todo promisorio a pesar de la cercanía personal que mantiene
con quien manda en Tamaulipas.
En el entendido de que los apóstoles que
tienen a su cargo directo la política social de la actual administración
estatal, también no gozan de un destino bien definido en los días por venir.
Al respecto, el ingeniero TORRE CANTU fue
claro, sincero y directo durante su reunión con el Consejo Político Estatal
Tricolor ante quienes reconoció la derrota priísta en la entidad y, al mismo
tiempo, enfatizó que se cambiaría lo que ser tuviera que cambiar y que se haría
lo que fuese necesario hacer con miras a las elecciones locales del año
entrante.
Los efectos colaterales, de acuerdo a los
enterados, podrían ser muy severos en el aspecto político y presupuestal,
apenas inicie el siguiente sexenio, que encabezará el mexiquense ENRIQUE PEÑA
NIETO, a partir del primero de diciembre.
Ante tal eventualidad y la urgente
necesidad de retomar el control del mando partidista, es por ello que se da
como un hecho que el gobernador habrá de anunciar cambios en su equipo
gubernamental y al interior de su instituto político.
Desde esa perspectiva y no necesariamente
en el montaje de cadalsos o circo romano, es que son más que necesarios y
justificados los cambios de unos por otros.
Dejar hacer, dejar pasar o bien el asumir
una actitud paternal en beneficio de una supuesta unidad partidista, no serían
las mejores estrategias para enfrentar y resarcir la peor derrota electoral en
Tamaulipas del Partido Revolucionario Institucional.
Por el momento, es más que claro que el
responsable de la política interior estatal, MORELOS CANSECO, falló en sus
vaticinios, en la influencia con los grupos de poder en la entidad y, lo más
grave, no informó objetivamente de la realidad preelectoral a su jefe
inmediato.
Del mismo modo, LUCINO CERVANTES DURAN,
responsable partidista tricolor, no pudo controlar la maquinaria electoral lo
que arrojó los resultados ya conocidos.
En el mismo contexto, RAUL CESAR GONZALEZ
GARCIA, no cumplió a cabalidad la encomienda del guía político en la entidad,
evidenciándose como un pésimo operador y coordinador en procesos eleccionarios.
Pero no tal sólo a nivel estatal se dará
cambios derivados de la debacle priísta. También en los principales municipios
cuerudos sus respectivos alcaldes evalúan los movimientos obligados por el mal
trabajo realizado.
En Matamoros, por ejemplo, el Jefe de la Comuna ALFONSO
Los días de GUADALUPE REYES PEREZ al frente
de los priístas matamorenses están prácticamente contados y, en consecuencia,
desvanecido su proyecto de alcanzar una diputación local.
Se contempla, además, la desaparición de
la estructura partidista municipal que funciona paralelamente a la del Partido,
creada, por cierto, por el ex alcalde ERICK SILVA SANTOS.
También, habrán de decir adiós a sus cargos
como padrinos de módulo, personajes que no supieron cumplir la misión
encomendada durante el pasado proceso electoral.
Ni hablar
Y hasta la próxima.
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