PALACIO LUNES 18 DE JUNIO
I…….
DE FRENTE con las indagatorias penales y
embate mediático que enfrentan los ex gobernadores tamaulipecos TOMAS
YARRINGTON RUVALCABA y EUGENIO HERNANDEZ FLORES, llaman la atención un par de
derivados.
Mientras la Comisión de la Auditoría Superior
de la Federación
prepara una denuncia formal en contra del primero, el segundo, en cambio, ocupó
importante espacio editorial en el portal cibernético de El Universal.
Lo anterior, por supuesto, ha incrementado
la temperatura del caldero político mexicano, que prácticamente se encuentra en
el punto de ebullición.
Pero, vayamos por partes.
El anuncio de la diputada perredista ESTELA
DAMIAN PERALTA, quien preside la comisión legislativa del máximo órgano
fiscalizador, ha impactado de nueva cuenta la línea de flotación de quien
pusiera de moda la camisa en color azul rey en Tamaulipas.
La comisionada de la Auditoría Superior
de la Federación
acusa a YARRINGTON RUVALCABA de haber incurrido en actos de corrupción,
enriquecimiento ilícito, lavado de dinero, tráfico de influencias y desvío de
recursos públicos.
Pero no tan sólo eso. La diputada federal
de izquierda demandará por los mismos delitos a dirigente nacional del poderoso
sindicato petrolero, CARLOS ROMERO DESCHAMPS y a MANUEL BRIBIESCA SAHAGUN, hijo
de la primera dama de México en el pasado sexenio.
Independientemente de la comisión de
ilícitos por parte de los señalados, lo que no queda muy claro es por qué la comisionada
legislativa ha decidido denunciar los hechos justo en lo que se considera la
recta final de las campañas de proselitismo.
Evidentemente, se trata de una jugada
política tendiente a desprestigiar a los candidatos del PRI y el PAN que buscan
la presidencia de la república.
Tampoco existe claridad en torno a los
argumentos jurídicos con los que supuesta o realmente la Auditoría Superior
de la Federación
demandará a quien se señala como presuntos responsables de los delitos antes
mencionados.
Pero si a TOMAS no le la va nada bien con
la postura de la comisión federal perredista, a EUGENIO tampoco le ayuda el
editorial del rotativo y portal electrónico de El Universal.
Dígalo si no el hecho de que se mencione la
alta probabilidad de que en los días por venir cambie por completo la situación
jurídica del anterior mandatario tamaulipeco.
El espacio editorial deja entrever que
antes de que finalice el período proselitista de los candidatos a la renovación
de los poderes constitucionales, HERNANDEZ FLORES enfrentará grave acusación
que podría colocarlo tras las rejas de la prisión.
Los siempre bien informados reporteros
capitalinos de ese medio de comunicación aseguran contar con información
privilegiada que se convertirá en una bomba orientada a descarrilar el proyecto
político del mexiquense ENRIQUE PEÑA NIETO.
Tal parece que tanto en lo político como
en materia de seguridad pública, la pinza oficial comienza a cerrarse a juzgar
por los últimos acontecimientos.
Analicemos:
La comisión legislativa de la Auditoría Superior
de la Federación
arremete en contra de YARRINGTON, DESCHAMPS y BRIBIESCA; “Bajo Reserva” de El
Universal coloca contra las cuerdas a EUGENIO HERNANDEZ y pone a temblar a más
de un político cuerudo; y, además, tanto el gobierno estadounidense como el
mexicano iniciaron el desmantelamiento de un poderoso grupo delictivo que
amenaza la seguridad de ambas naciones. Esto último abona la lucha del
presidente FELIPE CALDERON en contra de
los cárteles de la droga y, al mismo tiempo, fortalece la campaña de JOSEFINA
VAZQUEZ MOTA en su aspiración por ser la nueva inquilina de Los Pinos.
Es por ello que, desde esa perspectiva,
antes que venza el tiempo autorizado por el Instituto Federal Electoral para el
convencimiento ciudadano por parte de los candidatos de los distintos partidos,
es muy probable que un político de renombre y un delincuente de los más
buscados sean exhibidos como trofeos de guerra.
Con todo el escándalo mediático que han
generado las autoridades yanquis y las aztecas, es muy remoto que las acciones
y acusaciones queden solo en habladas al calor de una campaña política.
Y hasta la próxima.
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