PALACIO MIERCOLES 20 DE
JUNIO……
LOS últimos cuatro sexenios-tres pasados y
el actual-mantienen ciertas particularidades que los identifican y marcan la
diferencia de sus respectivos titulares.
De MANUEL CAVAZOS LERMA a EGIDIO TORRE
CANTU, pasando por TOMAS YARRINGTON RUVALCABA y EUGENIO HERNANDEZ FLORES, los
gobernantes han impuesto su propio sello que los caracteriza.
De entrada, se trata de dos
matamorenses-MANUEL y TOMAS- y dos oriundos de la capital cueruda-EUGENIO y
EGIDIO-quienes han llevado y lleva actualmente, las riendas políticas,
económicas y sociales en la esquina noreste del país.
Sin ánimo de comparaciones odiosas es
objetivo señalar que los mandatarios han impuesto su propio estilo de gobernar
y ejercer ese poder constitucional que la alternancia política ha convertido
prácticamente en virreinatos.
MANUEL CAVAZOS LERMA impuso un peculiar
estilo de gobernar aplicando teorías surgidas de una cultura distinta a la
mexicana. Apenas CARLOS SALINAS DE GORTARI lo designó candidato del PRI a la
gubernatura tamaulipeca, e inmediatamente cambió el traje formal que lo
caracterizó durante su paso por la Oficialía
Mayor de la
Secretaría de Gobernación por las botas, sombrero y cinto
piteado.
A lo largo de su sexenio rompió protocolos
en reuniones oficiales en lo que respecta a vestimenta formal y, además,
reformó totalmente la decoración de la
Casa de Gobierno, cambiando lo tradicional en una residencia
urbana por motivos totalmente campiranos.
Con los códigos fiscal y penal en la mano
enfrentó a sus enemigos y críticos a lo largo de su administración, aunque, eso
sí, declarados abiertamente y no con falsas hipocresías. A CAVAZOS LERMA lo
caracterizó su rostro duro y contracción de labios cuando no estaba de acuerdo
con algo o con alguien. Para bien o para mal tal particularidad representaba
una ventaja para sus oponentes.
Al término de su mandato constitucional e
inicio de su sucesor, TOMAS YARRINGTON RUVALCABA, gobernante y estilo cambiaron
radicalmente la nueva forma de ejercer la política en Tamaulipas.
Nativo de Matamoros al igual que su
antecesor, quien puso de moda la camisa en color azul rey se dio a la tarea de
limpiar la Casa
de Gobierno, no en lo higiénico, sino en la decoración propia de quienes tienen
la actividad equina como hobby y, lo más esencial, revisar centímetro a
centímetro con tecnología de punta la residencia oficial, con el objeto de
eliminar sospechas de cámaras y micrófonos ocultos.
YARRINGTON RUVALCABA tuvo la suerte de que
la primera alternancia política en México-en contra de lo que se esperaba-le
diera la oportunidad de ejercer un mandato constitucional al mismo estilo
dictatorial.
Cuestión de recordar aquella reunión en un
municipio en donde un par de veces hizo pararse y sentarse al presidente
municipal como ejemplo para que los presentes no tuvieran ninguna duda acerca
de quien mandaba en Tamaulipas.
En lo que respecta a procuración de
justicia, TOMAS desmanteló el aparato cavacista para integrar otro, adecuado a
sus propios intereses, situación que ahora lo ha colocado en grave predicamento jurídico.
Con el poder en manos del grupo Victoria,
ante la llegada de EUGENIO HERNANDEZ FLORES por obra y gracia de YARRINGTON,
aprovechado la ausencia del tradicional centralismo tricolor, continuó el
tomasismo durante los primeros meses del geñismo.
Poco a poco, el ojiverde fue tomando las
riendas del poder, despojándose de la herencia yarringtoniana.
Contrario a sus antecesores, EUGENIO
gobernó con la sonrisa a flor de labio y con una aparente buena mano izquierda,
llevando como brazo armado la
Coordinación de Comunicación Social a cargo de MARIO RUIZ
PACHUCA.
Al igual que TOMAS, EUGENIO aprovechó a
las mil maravillas las ventajas que les representó el gobierno federal panista,
con criterio propio para ejercer el presupuesto estatal y decidir a su libre
albedrío las decisiones políticas en la entidad.
Para desgracia de ambos, las ventajas del
virreinato se han convertido en fuerte dolor de cabeza.
La llega de EGIDIO TORRE CANTU al poder
estatal de la manera atípica ya conocida, le ha permitido gobernar sin la
presión de compromisos políticos.
Después del primero de julio se sabrá si el
virreinato continúa en Tamaulipas o regresa el centralismo con el priato, salvo
que el voto popular determine un nuevo rumbo político en la nación.
Y hasta la próxima.
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