H, Matamoros, Tamaulipas:

Transito


Tangente
Por Oscar Díaz Salazar

Quizás por ser los últimos de la fila en el servicio público, en cuanto al salario que perciben.
Tal vez por ser el contacto más directo - más personal - que tenemos los ciudadanos con el gobierno.
Probablemente por representar, además del servicio público, a la autoridad gubernamental.
Puede ser por el uniforme que portan, que los hace distintos a nosotros, los simples mortales
Tal vez porque en nuestra tierra, en la frontera con los Estados Unidos, circulamos con frecuencia en vehículos en mal estado, y nos conducimos regularmente en los límites de la legalidad o de la corrección.
En parte es una injusticia, y en parte se lo han ganado, lo cierto es que resulta que los agentes de la vialidad son los servidores públicos que provocan mas malestar entre la ciudadanía. Los tránsitos han sido por mucho tiempo los “iconos” de la corrupción gubernamental, y en esto hay que reconocer que mucho tiene de injusta esta percepción pues lo que se “carrancean” los mandos medios y altos de muchas otras dependencias públicas, alcanza cifras cientos de miles de veces más elevadas que la clásica “mordida” o la “cooperación p´al café” que te requieren los “tamarindos”.
Entiendo que lo que se roban por millones los funcionarios, ha terminado por resultarnos indiferente a los ciudadanos, mas no toleramos la mínima pérdida cuando es en detrimento de nuestro bolsillo y por eso es que nos ofende mas el trescienton que nos “baja” el transito, que los millones que presuntamente se “birlaron” los miembros de la banda del TYR.
Pero no quisiera hacer de este escrito la enésima versión del articulo picudisimo para criticar la actuación de los agentes viales. La columna de este día no es la clásica reseña de los abusos de los uniformados que integran la corporación a cargo de ordenar la circulación vehicular. 
Lo que quisiera dejar claro es que los tránsitos tienen mala fama, generan malestar, provocan molestias, y la consecuencia de estas emociones negativas en los ciudadanos, es que aprovechan la primera oportunidad para devolverles la copa a los que están gobernando, con un voto a favor de una opción política diferente a la que ejerce el poder.
Por eso es que el candidato a Senador Francisco García Cabeza de Vaca, en el tiempo en que estuvo al frente de la administración municipal de Reynosa, instruyó a los jefes de la corporación para que giraran instrucciones a todos los agentes, para que se abstuvieran de detener, infraccionar, coaccionar e importunar a los automovilistas, en las semanas previas a la elección presidencial del 2006.
La señal, como muchas otras, le fue “captada” al munícipe panista por alguno de los muchos “infiltrados” que colaboraban con él, y la estrategia se divulgó en los medios de comunicación, de tal forma que lograron neutralizar (desacreditar) esa “medida” con la que se pretendía influir positivamente en el ánimo de los electores.
No me extrañaría que los mismos tránsitos, a quienes se les quiso implementar una “veda” que los mantendría alejados de los conductores (de su cartera), hubieran sido los que reventaron ese plan ranchero.
En ese tiempo, en la prensa local se ocuparon a detalle y repetidamente del asunto de la “instrucción” para no molestar a los conductores.
Les hablo de la campaña del 2006,  de mayo, junio y julio del 2006, de las semanas previas al triunfo de Felipe Calderón Hinojosa.
Cualquier parecido con lo que sucede en la actualidad… es mera coincidencia.
Reynosa, Tamaulipas a 30 de mayo de 2012 
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Editores periodico frontera

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