H, Matamoros, Tamaulipas:

PALACIO


MIERCOLES 23 DE MAYO

¿Ni juventud ni experiencia?

BALTAZAR HINOJOSA OCHOA
    EN términos generales y a escasos días de cumplirse dos tercios de las campañas de proselitismo, la verdad es que los candidatos a diputados federales y senadores de todos los partidos políticos no han logrado entusiasmar al electorado.
    Los abanderados panistas, tricolores, perredistas y panalistas, con todo y que se trata de una elección atípica, no han logrado “prender”, coloquialmente hablando, a los ciudadanos en edad de votar.
    Tal parece que ni la juventud ni la experiencia han sido suficientes para generar un estado de ánimo que permita suponer que la jornada comicial que se aproxima será muy concurrida.
    Motivo de ello serían las trilladas promesas de los aspirantes a una curul en San Lázaro o un escaño en la Cámara Alta del Congreso de la Unión, entre las que destacan la reducción de las tarifas eléctricas, el reparto equitativo del presupuesto, o bien la reforma hacendaria que permita disminuir la carga fiscal que enfrentan hoy en día los contribuyentes.
    Cuestión de recordar como en aquella primera incursión de BALTAZAR HINOJOSA OCHOA rumbo a la Cámara Federal de Diputados, una de sus promesas era, precisamente, legislar para que los municipios tamaulipecos y concretamente Matamoros, recibieran el presupuesto equitativo de acuerdo a su captación y necesidades reales como población.
    Por supuesto que su oferta de campaña quedó sólo en promesas y, por el contrario, subió a tribuna para aprobar el gravamen a medicinas y alimentos lo que, como ya es conocido, le valió la rechifla de sus compañeros de legislatura.
    De igual manera, en la actual campaña electoral, quienes aspiran a esos cargos de elección popular han vuelto a sacar del manual de promesas el reparto equitativo del presupuesto federal, la reforma fiscal y hacendaria y, por supuesto, la más ofertada, la reducción de las tarifas eléctricas, entre otras.
    Es decir, nada nuevo que aportar; por ello la apatía ciudadana, a casi dos tercios del actual proceso electoral para la renovación de los poderes constitucionales. Simple y sencillamente las campañas no ha despertado ni tan siquiera el interés de otras similares con escasa participación ciudadana.
    Promesas como la del doctor GABRIEL DE LA GARZA GARZA, candidato a la diputación federal por el III Distrito Electoral, a los jóvenes de esa región cueruda, sólo logran arrancar el aplauso desangelado, aunque, eso sí, contemplado en el guión de la jornada de trabajo.
    El discurso soso que habla de legislar para promover mejores expectativas y espacios para los jóvenes sin proponer un plan de trabajo es una clara muestra de la demagogia electoral encaminada tan sólo a salir del paso y lograr el objetivo que significa un lugar en San Lázaro.
     Apenas algunos días antes había prometido lo mismo a mujeres reunidas en un acto proselitista, lo que deja entrever que se trata de intervenciones nada serias y que lo único que se pretende es impresionar a las féminas de su distrito electoral.
     Desafortunadamente, los intereses de grupo, personales o políticos que se ventilan en el Congreso de la Unión son los verdaderos causantes del mal desempeño e, incluso, descrédito, de los representantes populares.
    En el entendido de que lo mismo ocurre en los Congresos Locales, donde, generalmente, los legisladores se suman a la voluntad del Poder Ejecutivo, olvidándose de sus representados.
    Nada nuevo, por supuesto, sin embargo, muy nocivo a la hora de solicitar nuevamente el sufragio ciudadano.
     En Tamaulipas, por ejemplo, los alcaldes de las cabeceras municipales de los ocho distritos electorales tienen bajo su responsabilidad sacar adelante a sus respectivos candidatos en la justa electoral del primero de julio.
    De los resultados que entreguen al primer priísta de la entidad dependerá su suerte política en el resto del sexenio por lo que, se supone, habrán de echar toda la carne al asador, lo que  no ocurre en todos los distritos.
     Respecto a la campaña presidencial tricolor que encabeza ENRIQUE PEÑA NIETO, con todo y su aparente amplio margen en la preferencia ciudadana, comienza a resentir los efectos de la andanada rival.
    El descrédito que le atribuyen estudiantes universitarios, manejado o no, seguramente se reflejará en los números negros que algunas empresas encuestadoras avalan en su favor.
    Es evidente que el tercer y último tercio de la campaña electoral promete ser uno de los más negros de la historia política en el país.
    Y hasta la próxima.

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Editores periodico frontera

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