PALACIO MARTES 8 DE MAYO…….
ABUSO POLICIAL
UNA vez que entre en vigor la reforma
constitucional que federaliza los delitos en contra de la libertad de
expresión, luego de su publicación en el Diario Oficial de la Federación , la situación
al menos en algo cambiará para periodistas y comunicadores.
La iniciativa aprobada en ambas cámaras
del Congreso de la Unión
sólo está en espera de la aprobación del 50 por ciento más uno de los congresos
locales, lo cual, se estima, sucederá en los próximos meses.
En Tamaulipas, dado el hermetismo con que
se conduce el presidente de la
Junta de Coordinación Política, el tampiqueño GUSTAVO TORRE,
se desconoce el estatus actual de ese importante punto a tratar en la actual
legislatura.
El diputado TORRE, habilitado como pastor
congresal, tuvo mayor interés por reformas a la constitución local que allana
el camino a futuros pasajeros en el “tren de la revolución”, que en temas
trascendentales de carácter nacional.
Lejos de llevar a discusión la
federalización de los delitos de prensa tras su aprobación en el ámbito federal
y, al mismo tiempo, interesar en el tema al jefe político en la entidad, coloca
en segundo término la importante reforma.
Hoy en día, cuando las agresiones en contra
de la libertad de expresión se producen en grado superlativo, la sensibilidad
política de quien manda en Tamaulipas debería manifestarse abiertamente,
sugiriendo al Poder Legislativo abordar y aprobar de inmediato la iniciativa
que permitirá a la autoridad federal atraer los delitos relacionados con
agresiones a periodistas y medios de comunicación.
Quizá, en el fondo, la estrategia se
circunscriba a retrasar al máximo la decisión del parlamento cuerudo para
evitar eventuales consignaciones de policías locales, estatales o guardias
gubernamentales. Los excesos de ese personal oficial generalmente acontecen
durante las giras de trabajo del mandatario estatal.
También, en aquellos municipios en donde
la autoridad local se sienta sobre protegida y arremeta en contra de
representantes de medios de comunicación “por quítame estas pajas”,
coloquialmente hablando.
Un ejemplo concreto de lo anterior
ocurrió, la semana pasada, en la plaza principal de este puerto fronterizo,
justo frente a la Iglesia Catedral.
OSCAR FARIAS RODRIGUEZ y su hijo RICARDO,
editores del periódico digital El Faro de México, fueron agredidos brutalmente
por elementos de la Policía Preventiva
que tienen bajo su resguardo la vigilancia en el primer cuadro citadino.
La manera insistente de un vendedor
ambulante a la hora de ofertar un producto al nieto del editor provocó una
reacción enojosa del comerciante, suscitándose un intercambio verbal y
jaloneos.
El periodista solicitó la presencia de los
uniformados sin imaginarse que éstos, por desconocidas, o quizá, conocidas
razones, hicieron causa común con el vendedor de algodones dulces, arremetiendo
violentamente en contra del comunicador.
FARIAS RODRIGUEZ fue sometido por el grupo
policial quien, sin demostrar ninguna técnica para sometimiento y traslado de
detenidos, lo esposaron y subieron a una unidad policial sin importar los
gritos de dolor, producto de la descompensación de una hernia umbilical
derivada de la forma en que fue sometido y subido a la camioneta-patrulla.
Como si tal abuso no fuera suficiente, el
uniformado que encabezaba al grupo ordenó también el arresto de RICARDO FARIAS,
hijo de OSCAR, tan sólo por grabar el abuso policial del que era víctima su
padre.
La oportuna intervención del coordinador
de Comunicación Social del Ayuntamiento, licenciado MIGUEL ANGEL ISIDRO,
permitió que el atropello se corrigiera en algo con la liberación de RICARDO y
la atención por parte de paramédicos a OSCAR, quien, posteriormente, fue
trasladado a la Barandilla Municipal
por efectivos de la Policía Militar
en donde, finalmente, fue liberado por instrucciones superiores de la
autoridad.
Casos como el anterior podrían ser objeto
de atracción federal una vez que entre en vigor la reforma constitucional que
federaliza los delitos cometidos en contra de periodistas y medios de
comunicación.
En consecuencia, es necesario que las
corporaciones policiales normen su criterio y eviten atropellos como el sufrido
por RICARDO FARIAS, quien tan sólo cumplía con su cometido periodístico y de
OSCAR, cuya agresión, al decir de sus captores, derivó de una denuncia
periodística en El Faro de México, que acusaba a los policías preventivos de
ofrecer al mejor postor los lugares preferenciales en la Oficina de Relaciones Exteriores
para obtener con mayor prontitud el pasaporte mexicano.
Ni hablar.
Y hasta la próxima.
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