HECTOR MIGUEL CHAVEZ
H. MATAMOROS, Tam.- En los tiempos
del presidente López Portillo se construyó la presa El Cuchillo para abastecer
de agua a Monterrey. Se afectaron los municipios del norte de Tamaulipas pero
se dijo que se harían obras para compensarlo y que se seguiría abasteciendo a
la zona agrícola de la región ribereña.
Nada de eso se cumplió y esa obra significó un motivo de protesta
permanente de los productores agrícolas del norte de Tamaulipas que no fueron
escuchados. La obra de El cuchillo se convirtió en una auténtica cuchillada
para el estado.
Hoy Enrique Peña Nieto pretende y se
comprometió a realizar otra obra que afectaría no solo a Tamaulipas sino
también a Veracruz. Se trata de un acueducto desde el sur de Tamaulipas para
darle agua a Monterrey. El diputado
priísta por Tampico, Francisco Rábago logró la cancelación de esa obra gracias
a una propuesta de un punto de acuerdo que él mismo hizo.
El gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina ya tiene listo el proyecto, pese
al rechazo de la Semarnat y de los habitantes del Sur de Tamaulipas.
¿Es que acaso no fue suficiente una puñalada en el norte del estado?, ¿para
qué darle otra puñalada al sur? Falta que al acueducto lo bauticen como El
Machete.
HECHO EN…
Los empresarios que participan en el proyecto de Hecho en
Matamoros recibieron ayer el reconocimiento de la Secretaría de Desarrollo
Económico y Fomento del Empleo del Municipio, con lo que terminó un ciclo del
proceso de organización y capacitación.
El siguiente paso es hacer negocios, les dijo el titular de
Desarrollo Económico Manuel García durante la entrega de los reconocimientos.
Y luego organizar encuentros de negocios entre el mismo
grupo y promover la venta de sus productos con las cadenas comerciales locales.
El grupo se nota entusiasmado y participativo, lo que hace
pensar que el proyecto Hecho en Matamoros está destinado al éxito.
CANDIDATOS
Los candidatos a diputados y senadores, en su calidad de
futuros legisladores y líderes sociales tienen el compromiso de darle al país
una norma clara y precisa que rija las relaciones de los padres de familia con
los directores y maestros de las escuelas.
Se trata de que se definan los límites de la intervención de
los padres y de los directivos, así como la supervisión de los manejos de los
recursos, y la toma de decisiones dentro del plantel.
Esto es porque cada vez son más frecuentes los conflictos en
las escuelas que han llegado a la clausura de los edificios, a la
confrontación, al escándalo, a la exhibición de maestros y de padres de
familia, a la denuncia, a la difamación y todo esto en demérito de la educación
y, por supuesto de los estudiantes.
Tal pareciera que falta interés por cuidar la educación
dictando soluciones de fondo a los graves problemas que agobian a las escuelas.
A los problemas ya existentes se sumó el programa de
Escuelas de Tiempo Completo y ahora le van a agregar el de la preparatoria
obligatoria con recursos a medias y muchos aplausos para los políticos con
todos los problemas para los directores y los padres.
¿Es esta la educación de calidad?
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