H, Matamoros, Tamaulipas:

Futbol y política


Tangente
Por Oscar Díaz Salazar
 Los detractores del equipo de futbol “América” afirman que los comentaristas de la televisión  –que por cierto son empleados de los dueños del Club América– han sobrevaluado las habilidades y el talento deportivo de las “Águilas”.
De esa mezcla de intereses informativos, faranduleros, empresariales y del espectáculo del deporte que conforman al grupo “Televisa”, ha surgido la leyenda que ubica al club deportivo que juega como “local” en el estadio “Azteca”, como el mejor equipo de México… y en un descuido, como el mejor equipo del mundo.
Porque así conviene a los dueños del equipo más polémico del futbol mexicano, se le ha otorgado una fama de invencibles a la oncena de jugadores que llevan en su pecho los colores del Ameeerica.
Pero la fama que les han dado a los trabajadores de la división futbol de la empresa “Televisa”, sus compañeros de chamba de la filial noticias y televisión, no corresponde con la realidad que semana tras semana, fecha tras fecha, para emplear la jerga futbolera, observamos en los estadios en los que juega el equipo más publicitado, más odiado y más polémico de la liga mexicana de futbol.
Los seguidores de otros equipos y los comentaristas que no cobran en las revistas, periódicos, portales de noticias y estaciones de televisión y radio del corporativo “Televisa”, afirman que en los triunfos que consigue el equipo América, más que el esfuerzo y el talento de sus jugadores, lo que se impone es la ayuda que reciben de los árbitros, abanderados, jueces, organizadores, narradores, directivos de la liga, aguadores, jardineros y todo aquel que se involucre en mayor o menor medida en el espectáculo del futbol profesional.  
Con todo y la ayuda que le brindan los que “organizan” los encuentros futbolísticos, esos que en teoría deberían ser neutrales y garantizar que todos los equipos participen en igualdad de circunstancias y oportunidades, la experiencia nos dice que al América se le puede ganar.
Uno de los atractivos que tiene el futbol es la incertidumbre en cuanto a los resultados de un juego. En los noventa minutos que dura el juego, solo cuenta el esfuerzo y la habilidad de los jugadores en lo individual, y su capacidad de trabajar juntos para conseguir un resultado que sea mucho mayor a la suma aritmética o simple de sus aportaciones, para lograr el plus que se consigue al ser y actuar como un equipo.
Los noventa minutos son definitivos. En ese lapso se resuelve el ganador del encuentro futbolístico. En ese periodo quedan atrás los pronósticos, las encuestas, los augurios, las apuestas, los resultados de otros juegos, el historial de enfrentamientos anteriores, la estridencia de las porras, los análisis de los expertos, las condiciones de la cancha, el clima, el público, lo que digan los narradores del juego y hasta la tendencia parcial de los árbitros.    
Encuentro en el negocio del futbol el mejor ejemplo para compartir mi opinión sobre lo que ocurre en las campañas políticas previas a la jornada electoral en la que habrá de seleccionarse al próximo presidente de México.
La analogía entre futbol y política es muy útil para entender lo que sucede actualmente con el candidato Peña Nieto, el señor del copete que con todo y ser fan del “Toluca”, seria la personificación del América, si la política fuera el torneo de futbol mexicano.
A Peña Nieto lo han “inflado” los dueños del América, le han creado fama de campeón, le han otorgado el carácter de invencible, le presentaron una artista de telenovela para atraer clientela de la política a la farándula, y viceversa, repitiendo un esquema que les ha funcionado antes con el binomio del futbol y los artistas.
El comparativo del América con Peña Nieto, me sirve para expresar mis dudas sobre el triunfo a priori e inevitable del cónyuge de la “Gaviota”. La jornada comicial de 600 minutos (10 horas, de 8:00 a 18:00 hrs) puede ser trágica para los dueños del América, para los propietarios de Televisa, para los patrones de la esposa de Peña Nieto, para los dueños de una parte del país, para el PRI y para el propio candidato priista a la presidencia de la republica.
El triunfo no está asegurado, aunque el árbitro esté de tu lado, los comentaristas te alaben, la porra te aliente, los abanderados te ayuden, los directivos te apoyen, los apostadores te elijan, los analistas te elogien, los brujos te auguren la victoria, las encuestadoras te pronostiquen éxito… ni siquiera con el apoyo de algunos miembros del equipo contrario.
oscardiaz482@msn.com
Reynosa, Tamaulipas a 17 de abril de 2012
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Editores periodico frontera

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