HECTRO MIGUEL CHAVEZ
H.
MATAMOROS, Tam.- Hay quienes suponen, y por supuesto que suponen mal que las
siglas UAT quieren decir Universidad Autónoma de Tampico. Esa es una percepción
equivocada porque UAT quiere decir Universidad Autónoma de Tamaulipas. Tal vez
creen que se trata de Tampico porque el rector José María Leal y sus
antecesores han puesto toda su atención en Tampico y Ciudad Victoria, como si
eso fuera todo el estado.
Desde hace ya muchos años la sociedad de
Matamoros ha demandado más facultades y escuelas de la Universidad pero nunca
ha sido escuchada porque los intereses de los rectores y los gobernadores están
en otra parte y para ellos solamente existen Tampico y Victoria.
Quién sabe si sea para bien o para mal
pero Matamoros solamente tiene dos escuelas universitarias que fueron creadas,
organizadas y dirigidas por la entusiasta gente de Matamoros y luego las
incorporó a la UAT ,
y con todas sus altas y sus bajas han funcionado. La más estable y de auténtico
buen prestigio es la Escuela
de Enfermería. La de medicina está en proceso de recuperación.
La pregunta es, ¿qué hace falta para que
la UAT vuelva sus
ojos hacia Matamoros?, porque los discursos del rector y el gobernador hablan
de una universidad que está desvinculada de Matamoros y que en realidad, por el
momento, tiene poco significado.
“EL
PROTECTOR”
En
el Sector de la 5ª. y Abasolo varios negocios han cerrado víctimas de la
inseguridad.
Un joven con pistola en mano se presenta
a un negocio y dice: “me vienen siguiendo. Me urge dinero para la pesera o para
un taxi”. Él o la encargada le dan lo que tienen en la caja y al despedirse les
informa: “no se asusten yo soy de los que protegen la ciudad para que no se
metan los del otro grupo”.
A los dos días se vuelve a presentar al
negocio con el mismo cuento de que lo andan persiguiendo, y apuntando con la
pistola se lleva todo lo que hay en la caja.
A las dos semanas se vuelve a aparecer y
entonces ya exige una cuota.
Una de sus últimas “hazañas” la realizó en
la tienda de abarrotes que estaba en la 5ª. y Abasolo, exactamente en la
esquina. Exigió la cuota con violencia, la dueña se asustó, se desmayó y sufrió
una embolia. “El protector” se apoderó del dinero y se fue. El negocio cerró.
Enfrente de esta tienda estaba otro
negocio que también cerró por las mismas razones, las jovencitas intimidadas y
asustadas por las amenazas con la pistola optaron por renunciar y el negocio se
terminó.
A media cuadra los negocios todos
cerraron. A lo largo de la
Abasolo entre 5ª. y 6ª. sólo queda el Sindicato de Meseros y
una tienda protegida por una gruesa puerta metálica.
Los asaltos y extorsiones ocurren entre la mañana y
la tarde, a plena luz del día y frente a todo mundo. Los comerciantes del lugar
afirman que el que los “protege” sigue merodeando por el lugar.
Otro evento que complementa esta breve historia ocurrió
en uno de los edificios frente a la plaza principal, arriba de un banco. Él o
los ladrones se llevaron toda la tubería de cobre correspondiente a la
instalación de los aires acondicionados. Dos veces robaron el mismo lugar.
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