H, Matamoros, Tamaulipas:

PETROLEO Y VIOLENCIA…



*-¿Dónde están los hospitales mentales prometidos..?
*-¿Dónde están los nuevos centros de readaptación…?
*-Lo de Apodaca, ¿es la gota que derramó el vaso..?
*-La firma del ¿acuerdo? para explotación de petróleo
*-¿En dónde quedará la bolita…?, hablando de política.

Por Federico Castillo García

Congruencia entre lo que dice el presidente FELIPE CALDERON y lo que su gobierno hace, no hay.  Eso ha sido la constante durante casi toda su administración, la cual por cierto concluirá en unos meses más…si es que otra cosa no ocurre.

Incongruencia, porque por un lado enarbola la bandera del combate en contra del narcotráfico y del crimen organizado pero por el otro, el cultivo –sobre todo de marihuana y amapola- en las partes del país que estratégicamente y no, tienen para tal fin los diferentes cárteles del país, sigue en aumento junto con su trasiego,  con su distribución y por ende, con su comercialización.

También está visto que la violencia que esas actividades generan, no se supedita a las calles.  La guerra  por el reclamo de territorios entre las bandas criminales  se da –y he aquí una incongruencia- en los centros penitenciarios de muchas partes del país, a donde las fuerzas armadas han enviado a sus integrantes, a las entidades federativas en las que existen lugares ex profeso.

 Recuerdo en estos momentos que al inicio de gobierno y cuando el presidente CALDERON declarara, decreto de por medio, esa guerra, anunció la construcción de “muchos penales en donde recluir a tanto criminal”. También prometió la edificación de centros de sanidad mental: “porqué habremos de atender a todos esos adictos y farmacodependientes”. Palabras más, palabras menos pero recuerdo que eso lo aseguró el presidente hace ya casi seis años.

Pareciera que en la recta final de su mandato, al presidente CALDERON, los mexicanos  lo visualizamos  como a ese personaje de la novela de CERVANTES: peleando con los enormes molinos de vientos… contra las que nunca pudo, pero que en sus alucinaciones por ver o heredarnos una patria hermosa, nos entregara al abismo. Más bien, al mejor postor.

Mientras que el presidente mexicano participaba en una reunión en Baja California, (G-20), previa a una cumbre próxima, en dos cárceles mexicanas ocurrían hechos violentos. Uno en Apodaca, en el otro en el penal llamado “Topo Chico”. El saldo: 47 reos asesinados a mansalva.

Aunque el jefe del Ejecutivo federal fue enterado de los hechos, tuvo “los tamaños” para anunciar a los mexicanos y a todo el mundo la firma del acuerdo del gobierno mexicano (suscribieron HILARY CLINTON por los EU y PATRICIA ESPINOSA por México), mediante el cual ambas naciones trabajarían en común acuerdo para la exploración y la explotación de los yacimientos petrolíferos que se ubican a ambos lados de la franja fronteriza entre lo dos territorios. Concretamente en aguas profundas del Golfo de México, es decir, en aguas patrimoniales de ambos países, curiosamente cuando los medios locales estatales y nacionales acababan de dar a conocer el arribo inminente de una o dos plataformas de exploración frente a las costas de Matamoros.

El lugar es denominado “La Dona de Texas” y desde hace dos décadas, y si los datos que en cierta página de Internet no fallan, el gobierno de Estados Unidos ha estado practicando “el efecto popote”, simple y sencillamente porque (ellos aún sabiendo) que estaban obrando mal, nunca hubo alguien que les dijera “ya no chupen de nuestro petróleo”, hasta ahora, -diría CALDERON-, ya basta de tanto mamar de nuestro petróleo.

¿No será lo que estoy imaginando?: aquél lamentable accidente del Lear Jet en el que viajaban además del entonces secretario de Gobernación JUAN CAMILO MOURINHO, otros connotados personajes de la vida nacional,  ¿fue verdaderamente un accidente de aviación?, porque hay que recordar que el españolito, por cierto muy querido por CALDERON, tuvo mucho qué ver en eso de las compañías que fueron contratadas para PEMEX.
De ser así, o mejor dicho, el “helicopterazo”, en el cual pereciera su otro secretario de Gobernación, FRANCISCO BLAKE MORA, vendría de alguna otra parte y no por lo del petróleo, ni tampoco por un atentado de alguno de los cárteles de la droga a los que el presidente que va de salida no ha podido erradicar, N`tons..?...
¿La CIA…?...¡hay güey..!
Lo real y verdadero es que los penales, esos centros de “rehabilitación social”, principalmente estatales, es decir, los que dependen de presupuestos de los gobiernos de los estados, no operan como verdaderos centros de rehabilitación o regeneración hacia una vida social, no funcionan como tales, sino que en la vida real representan verdaderas universidades del crimen.

Lo ocurrido en el penal de Apodaca, Nuevo León, en días pasados, en realidad no es nuevo porque ya ocurrido en otras cárceles de esa entidad. Igual que en penales de Tamaulipas, y otras entidades.

En todo caso la pregunta sería: Porqué señor presidente no ha cumplido con lo que dijo desde que iniciara esta absurda batalla, en el sentido de que habría que edificar muchos hospitales para atender a tanto farmacodependientes y más cárceles,
Qué ridículo se vio cuando de manera apresurada acudió a decirle a su pueblo; a México entero y luego de haber conocido los hechos de Apodaca:  “estamos construyendo como una docena de presidios…”…¡Como siempre, después del niño ahogado, a tapar, mejor dicho, a querer tapar el pozo…!. ¡A querer tapar el Sol con un dedo!.

En todo caso y ante todo lo anterior, solamente nos faltaría preguntarnos: finalmente, ¿para qué son los presidentes o para qué sirven…? O en el mejor de los casos, ¿a quién o a quiénes sirven los presidentes de México..? ….

HASTA LA PROXIMA.
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Editores periodico frontera

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