H, Matamoros, Tamaulipas:

¿Pagar por flojear?

PALACIO JUEVES 23 DE FEBRERO
POR:MARIO DIAZ


    LA muy segura permanencia del Ejército Mexicano y la Marina Armada de México, por un año más, en labor de patrullaje en territorio tamaulipeco, ha polarizado el criterio de los ciudadanos.
    En efecto, el anuncio del gobernador EGIDIO TORRE CANTU en el sentido de renovar el convenio estatal con la Federación en materia de seguridad pública ha generado reacciones encontradas en distintos sectores ciudadanos de la entidad.
     El acuerdo actual entre ambos órdenes de gobierno vence el próximo mes de mayo, de acuerdo al documento signado en tal sentido el año pasado, cuando se presentó la crisis de violencia en el noreste mexicano.
    La renovación, de entrada, significa que los policías municipales en las ciudades cuerudas permanecerán acuartelados, aunque, eso sí, cobrando religiosamente sus respectivas catorcenas con cargo al erario.
    También, en opinión de comerciantes organizados, la continuidad en la vigilancia preventiva por parte de efectivos militares representa ineficacia para combatir los robos a mano armada en los distintos establecimientos comerciales.
    Estadísticas oficiales precisan que a partir de los patrullajes de la milicia, los robos a casas-habitación se han incrementado notablemente ante la falta de una efectiva vigilancia.
    La causa principal es que los operativos del personal del Ejército Mexicano es través de recorridos en convoy de tres o más unidades y sólo por las principales avenidas citadinas, dejando la periferia en manos de los delincuentes comunes.
   Otra preocupación es que el parque vehicular de las policías preventivas se está agotando como consecuencia del deterioro o daños sufridos por las unidades policiales en persecuciones de individuos fuera de la ley.
    Basta recordar que, recientemente, empresarios de este puerto fronterizo cuestionaron al responsable militar de la vigilancia en la ciudad, a quien hicieron ver las fallas y necesidades en ese importante rubro.
    Para bien o para mal, lo cierto es que la intención de renovación del convenio Federación-Estado en materia de Seguridad Pública va bastante avanzado con todo y lo que ello significa.
    Lo que conlleva a recordar que ni con los tres Batallones que se han acantonado en territorio tamaulipeco, concretamente en ciudad Mante, San Fernando y Mier, la tranquilidad ciudadana no ha vuelto en su totalidad.
    Las situaciones de riesgo que se viven en Nuevo Laredo, Reynosa, Matamoros, Valle Hermoso, la zona conurbada en Tampico, Madero y Altamira y en la propia capital de la entidad, no avalan al cien por ciento la efectividad de las fuerzas federales convertidas en punta de lanza de la guerra del presidente FELIPE CALDERON HINOJOSA en contra de los cárteles de la droga en Tamaulipas.
     Si a todo lo anterior se agrega la aseveración del Comisario de la Policía Federal en el estado, VICENTE GUTIERREZ, en el sentido de que no es total la seguridad en las carreteras que cruzan el territorio tamaulipeco, es un elemento más que hace dudar de los resultados oficiales.
     En el entendido de que la presencia del Ejército, Marina y Policía Federal, obviamente, proporciona cierto clima de tranquilidad entre los habitantes  citadinos y de quienes tienen la necesidad de trasladarse de una ciudad a otra. Sin embargo, la certidumbre de antaño no se vislumbra a corto plazo.
     Respecto al efecto de la policía municipal militarizada se hace cada vez más necesario tomar la decisión adecuada respecto a qué se va hacer con los genízaros que llevan un año acuartelados, cobrando sin prestar ningún servicio.
    Cierto es que la autoridad no confía en ellos y que por tal motivo los desarmó y los sacó del patrullaje céntrico y periférico. Lo que, en consecuencia, obliga a trasladar ese personal a otras dependencias municipales para que justifiquen sus catorcenas que reciben religiosamente.
     Si bien es cierto que recursos federales del Subsidio para Seguridad Pública Municipal (SUBSEMUN) refuerzan las finanzas locales, también es cierto que los mismos provienen de los contribuyentes mexicanos, lo que en buen romance significa que es dinero público invertido a cambio de nada. Así de sencillo.
     Sería conveniente que al margen de la renovación del convenio Federación-Estado en materia de Seguridad Pública, el Jefe del Ejecutivo Estatal tomara una decisión al respecto para impedir ese despilfarro del erario.
   Para evitar gastos mayores por concepto de indemnizaciones, bien pudiera emplearse esa mano de obra en otras áreas municipales.
    Y hasta la próxima.
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Editores periodico frontera

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