Por: María Jaramillo Alanís
Razones y Palabras…
Ciudad Victoria, Tamaulipas.- De ésas tantas veces que uno
se mete a las redes sociales y le dan a
uno hartas ganas de agarrar a chingadazos a la laptop, -dirán los muy
sacalepunta, tablet de Apple-, (ajá), y lee los recaditos para Enrique Peña Nieto en la
víspera de su visita a la capital de las urracas, los cuervos, las hienas y los
empresarios llorones.
“Tamaulipecos priístas no tomen veredas por caminos. Ya
nos fallaron, alertemos a EPN para que no se equivoque, todavía pude cambiar de
corcel”
Al buen entendedor, pocas palabras. Lo que se aprecia en el párrafo de arriba,
son dos cosas: Uno, que EPN le quite
a Manuel Cavazos Lerma la precandidatura a la senaduría, y dos, que Enrique
Cárdenas del Avellano, ex alcalde de esta pinchurienta, hipócrita y
conservadora ciudá, que jamás ha
saqueado el erario, entre al quite.
Vamos por partes.
Los saqueadores del presupuesto están en cada esquina del
poder público. Representado por quienes son responsables del manejo del presupuesto
y por supuesto las rémoras que los acompañan. Y que de manera natural, suele
ser su familia, el resto se conforma con migajas.
Yo no tengo prueba alguna de que Manuel Cavazos Lerma haya
saqueado el presupuesto y mucho menos que le haya fallado a la clase política
de su estado, al menos cuando fue gobernador, nadie se quejó de eso, se
quejaban de sus desplantes, de su rollo iluminado, del Maharishi, pero jamás de
que a las empresas periodísticas propiedad de la familia Cárdenas se les
cortará su mesada. Si estoy en un error, pues que me lo hagan saber.
Si por oficio se persiguen los delitos, habría que decir
que en el pasado reciente, Enrique
Cárdenas González cometió una serie de aberraciones, por citar algunas; el
desalojo con la fuerza pública de la toma de una parte de las tierras del Plan
del Alazán, para ser más precisos “Periquitos” donde tiempo después fue
asesinado el comisariado ejidal, y como olvidar la quema del periódico “El
Gráfico”.
No es defensa a ultranza, es tan malo el pinto como el
colorado. Ni modo que a la raza de ciudad Mante le hayan consultado si querían
a Enrique Cárdenas del Avellano como diputado. Y podrían decir que allá tiene
intereses empresariales, pero no tiene residencia en esa ciudad, sino pues lo
hubieran puesto hasta de alcalde.
Y como dice mi nieto Humberto, “ni que me importe”, si
cambian a Cavazos Lerma por Cárdenas del Avellano, pero el comportamiento de
sus compañeros priístas, me deja un sabor amargo, agarrado, como cuando se masticas
la cáscara de la nuez y de pilón la nuez te sale vana.
A estas alturas los priístas deberían cerrar filas para llevar al triunfo a la
maestra Lupita Flores Valdez y a Cavazos Lerma, pero al paso que van, dan la
impresión de que dejarán perder ambas posiciones en el Senado, todo por el
capricho de quien no debió meter la mano para
tratar de imponer candidatos.
Al primer priísta le toca meter mano en las elecciones
locales, y ahí si, puede poner a Pepe Cárdenas del Avellano si le da la gana,
total, da igual.
Hoy parece no comprenderse la importancia que tendrá el
Congreso de la Unión. Hoy
más que nunca el país necesita rumbo, destino, y quién sabe si EPN se lo pueda
dar, pero por amor de Dios, échenle una manita, no le estorben. De por sí el
hombre sólo sabe de telenovelas…
A Peña Nieto lo esperan los caníbales del PRI. Bienvenido.
0 comentarios:
Publicar un comentario