Por Ambrosio Garza D.
***Los excesos ya llegaron a un grado de
insoportables que en Soto la Marina a Edelmiro Gómez Gandaria se le apoda la
“Mula Miona”, porque además de ignorante y corriente, en cualquier lado se
orina…
La población de Soto la Marina se siente
ofendida de enterarse todos los días de las conductas impropias del alcalde
Edelmiro Gómez Gandaria. Y se siente ofendida porque el edil en lugar de cuidar
las formas y respetar las buenas costumbres, se conduce como si las leyes y las
normas morales no existieran.
Uno de los bochornosos actos que la
población de Soto la Marina tiene que soportar, es la proclividad de Miro por
agarrar la borrachera de a diario, con cargo al erario marsoteño. Es decir que
las parrandas en donde abundan mujeres de la vida galante y muchos “chotitos”
los paga el pueblo con dinero público.
Y ya andando ebrio y con ganas de orinar,
Edelmiro detiene su camioneta en donde sea y se pone a orinar, como si fuera un
niño de primaria, en plena calle y a la luz del día.
Ya sea en la cabecera municipal o en
cualquier ejido, los marsoteños son testigos de los abusos y los excesos de
Miro Gómez a quien se le mira tomando o meando.
Y los excesos ya llegaron a un grado de
insoportables que en Soto la Marina a Edelmiro Gómez Gandaria se le apoda la
“Mula Miona”, porque además de ignorante y corriente, en cualquier lado se
orina… Y con ese descaro con que se conduce, también maneja la Presidencia
Municipal, de tal suerte que ya se habrá de imaginar el lector el grado de
infección que priva en las cuentas públicas.
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