CÚPULA.
Javier
Rodríguez Alcalá.
Sin
lugar a dudas que la contralora estatal GILDA CAVAZOS LITERAS tendrá que
voltear a ver la serie de denuncias publicas que se han venido ventilando en
los medios de comunicación por la presunta venta de plazas, tráfico de
influencias, y la existencia de aviadores en la Secretaría de Salud.
Queda
claro que algo está sucediendo en la Secretaría de Salud de
Tamaulipas. Podría pensarse que es parte de los tiempos políticos, o bien
cuestiones de intereses en la lucha por la obra pública, o que simple y
sencillamente es el costo de la novatés de los administradores y que los grupos de poder están imponiendo su
voluntad, haciéndose de recursos y cumpliendo caprichos de sus “amigos”.
Y
es que en los tiempos pasados todo era armonía y entendimiento al interior de
esa dependencia, pero de un tiempo a la fecha se ha hecho una serie de
señalamientos que van desde la venta de plazas, como se ventiló hace un par de
meses en el Mante, y que ayer mismo volvió a presentarse denuncia por este
ilícito en la misma urbe cañera, señalando a personal del Hospital General.
En
el renglón de la venta de plazas el Hospital Infantil de esta capital no es
ajeno a esa práctica, y prueba de ello es que en el mismo edificio, hace un par
de meses se hizo una denuncia publica en
la cual se le puso nombre a los presuntos vende plazas, involucrando incluso
a uno de los delegados sindicales.
En
fin, el punto que es que vuelve a salir a la luz pública el tema de la venta de
plazas, y hora aseguran que en el Hospital Infantil hay tráfico de influencias
para la asignación de obra publica, y hasta aviadores, parientes o hijos de un
connotado constructor amparado por el poder de su influyente esposa.
En
el caso de la venta de plazas y de los famosos aviadores en el Hospital
Infantil, creo, que su aclaración no tiene mayor problema, solo sería cosa de
que llamaran a cuentas al administrador y a la responsable de los recursos
humanos para que explicaran las imputaciones.
Y
es que en este caso, las contrataciones de personal no pueden pasar
desapercibidos para el par de funcionarios, pues no solo deben estar sujetos a
un control de asistencia, sino que también tienen la obligación de presentarse
a firmar los recibos de pago correspondientes.
Entonces,
partiendo de ahí, como podríamos pensar que el administrador y la jefe de
personal podrían ser ajenos a esta situación, porque de ser así tendríamos que
pensar que hay complicidades, o bien, el
administrador esta haciendo solo tiempo glúteo en su oficina, y la jefe de
personal, que no es nueva en esa posición pues en el pasado ya ocupó el cargo,
y aunque fue removida a solicitud de los mismos trabajadores, debido a sus
actitudes, aprovecha la placidés y novatés de su jefe para hacer valer el poder
que la falta de autoridad real le permite; así que de existir esas irregularidades, ambos
personajes son corresponsables de estas aomalías, sin dejar de lado al
personaje que haya autorizado las referidas “aviadurías”, y esté lucrando con
la asignación de obras de remodelación del hospital, que por cierto, tuvieron
que tumbar y reponer todas las losetas de la fachada del área de urgencias
porque se les empezó a caer, poniendo en riesgo a los pacientes.
Bueno,
pues lo ideal sería que la contralora GILDA CAVAZOS LITERAS diera un vistazo a
esta serie de denuncias, porque no se puede ni se deber permitir que se lucre
con la venta de plazas o se hagan negocios con las obras programadas
beneficiando a los amigos o recomendados.
El
que ya dejó muy claro su permanencia en la dirigencia sindical de la sección 30
del SNTE., es el profesor ARNULFO RODRIGUEZ TREVIÑO, mismo que aspira a la
senaduría por su partido el PANAL, así que sus detractores tendrán que esperar
mejores tiempos; la cobija es grande, y le auguran triunfo sobre el tricolor.
Comentarios
y sugerencias.
javialcala76@hotmail.com
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