La otra cara de matamoros por :Jaime sosa
En efecto, estamos en el proceso de precampañas
–así contempladas en el Código Electoral del Estado-- y en su articulado se
encuentran exactamente las limitantes, más que las posibilidades, de actuación
de quienes deseen ubicarse en esas oportunidades.
Los medios electrónicos de comunicación –radio
y televisión-- en sus espacios comerciales tienen una prohibición total; a
través de ellos –insistimos, en su nivel comercial-- solamente podrán
transmitirse los “anuncios” aprobados y enviados por el Instituto Federal
Electoral. En los contenidos de sus programas periodísticos deberán prevalecer
la “libertad de expresión y el derecho a la información” por sobre cualquier
intento de censura; de la habilidad de los pre y candidatos, dependerá su
presencia en ellos.
En la prensa escrita, existe una amplia
posibilidad de promoción electoral. Cada uno de los aspirantes puede –con la
asesoría legal debida-- promover imagen y mensaje. La regulación más severa es
en torno a la promoción de la imagen física –fotografías y nombres-- de los
políticos en funciones. Igualmente los contenidos editoriales no pueden tener
más límite que la ética, la equidad y el profesionalismo de sus directivos y
propietarios.
La nueva vertiente de comunicación que ha dado
la internet y las redes sociales genera un gran impacto pero además –por la
carencia de normas-- es el único espacio en donde realmente existe una
alternativa de libre expresión, difusión y promoción. Sin embargo, los excesos
y el mal uso que se hace de ellas son en automático su propia limitante; su
credibilidad tiene fronteras exactamente en los mensajes de ataque, de bajo
nivel y de ofensa a los personajes. La mayoría de la veces el talento de los
creativos y dominadores de la cibernética es desgastado en armar y atacar al contrincante
que en privilegiar al actor o actores que se quiere privilegiar.
La publicidad exterior es otra de las
alternativas que no puede ni debe ignorarse. Con ella se llega a prácticamente
todos los posibles votantes. Nadie sabe quién pasará por debajo de un anuncio
espectacular o un pendón, u observará una manta, barda, valla o pinta. Es
imposible medir con certeza el nivel socioeconómico, ideología política,
pensamiento, origen, edades de quienes circulamos diariamente por calles,
avenidas, en la vía pública. Sin embargo, también estos medios de penetración
han sido mal utilizados en ataques a terceros, con denostaciones y
señalamientos que buscan el maltrato de alguien; solamente la calidad de sus
propietarios –que es lo que también se refleja-- puede detener este tipo de
campañas que nada bueno le dejan a la sociedad.
La sobrerreglamentación –así lo consideramos--
en materia electoral solamente lleva a ser más víctimas de una cultura de la
desconfianza que un privilegio de la democracia; tal vez es un mal necesario al
que nosotros mismos nos empujamos ante la educación equívoca que en ese sentido
se nos ha dado. Desde pequeños se nos acostumbra a no confiar, ser precavidos y
ni siquiera responder el saludo de un desconocido.
Nuestras leyes electorales han permitido que
México sea ubicado como un país democrático y hasta es ejemplo mundial; sin
embargo, es necesario, y esa será tarea de los próximos legisladores, retirar
limitantes exageradas que rayan inclusive en la prohibición de libertades que
deben sernos propias a todos. Ya será motivo de análisis en otra entrega.
Y ya para cerrar
esta columna les deseo un feliz año 2012 y
como dijo un sabio que gane el mejor mi correo:jaimesosa2008@hotmail.com
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