VAYA escándalo que ha provocado la supuesta o real declaración del presidente FELIPE CALDERON HINOJOSA al influyente medio de comunicación The New York Times.
El Jefe del Ejecutivo Federal, de acuerdo a los reporteros yanquis que lo entrevistaron, habría afirmado que durante los gobiernos priístas se había pactado con el crimen organizado.
Como era de esperarse, la cúpula priísta exigió pruebas al respecto a CALDERON HINOJOSA, o bien ofrecer una disculpa pública por la presunta aseveración que desprestigia a ese instituto político.
HUMBERTO MOREIRA, CRISTINA DIAZ, BEATRIZ PAREDES, EMILIO GAMBOA PATRON y FRANCISCO ROJAS GUTIERREZ, del alto mando tricolor, arremetieron en contra del presidente de la república.
En contraparte, el secretario de Gobernación, FRANCISCO BLAKE MORA, salió en defensa del mandatario nacional aseverando que es falso que haya acusado al PRI de pactar con grupos criminales.
Obviamente, los criterios polarizados de militantes de ambas corrientes partidistas han provocado, a su vez, división de opiniones entre los diferentes estratos sociales aztecas.
Independientemente de los dimes y diretes entre priístas y panistas, lo cierto es que el tema ha causado revuelo y puesto la sazón al caldero político nacional, que poco a poco comienza a entrar en ebullición.
Mientras el encargado de la política interior en el país se rasga las vestiduras en defensa del Jefe de la Nación, la cúpula nacional tricolor ha enderezado sus baterías en contra de éste exigiendo evidencias contundentes, o bien la retractación del supuesto severo señalamiento.
Al margen de la divergencia de criterios que, quiérase o no, están estrechamente relacionados con el proceso electoral federal del año próximo, el tema podría ser la punta de la madeja que amenaza con deshilarse durante la competencia política que se avecina.
Existe una percepción generalizada en el sentido de que al gobierno del presidente FELIPE CALDERON no le queda más salida que apostar su resto a resultados contundentes en su lucha en contra de los cárteles de la droga.
En ese contexto, la permanencia panista en Los Pinos está ligada directamente con ese escabroso asunto que mantiene y aviva la violencia extrema en gran parte del territorio nacional.
Es decir, o el gobierno federal panista aprieta la marca y logra asestar golpes demoledores al crimen organizado en lo que resta del sexenio, o bien permite la segunda alternancia política en el país.
Lo primero, a decir verdad, se antoja un tanto más que difícil a juzgar por los magros resultados obtenidos a lo largo de los cinco años de la actual administración calderonista.
Durante el quinquenio ni se ha logrado desmembrar a los grupos delictivos ni tampoco su poderío económico, capacidad de logística y desplazamiento.
En cambio, a lo largo del calderonismo la violencia ha crecido en grado superlativo tal y como lo demuestra la pérdida de 50 mil vidas humanas reconocidas oficialmente.
La sociedad mexicana prácticamente está al borde del colapso, resintiendo, además, la gravedad que representa la diversificación del delito, fenómeno nunca antes visto al menos en las proporciones actuales, que ha obligado a la emigración de capitales e inversionistas.
Dígase lo que se diga y coincidencia o no, lo cierto es que durante el priato los sucesos violentos y barbarie extrema no se comparan con los que registra para la historia la alternancia panista en el poder.
Si los priístas pactaron o si acordaron por debajo de la mesa con el crimen organizado, lo único cierto es que ni el más recalcitrante panista podría negar que la tranquilidad de antaño en nada es comparable con la violencia de hoy en día.
Así de sencillo.
Justamente, ese reclamo popular habrá de incidir en la votación de julio del año entrante al grado que, muy posiblemente, se convierta en el fiel de la balanza.
Respecto a lo que CALDERON dicen que dijo y que no dijo, de lo que no queda ninguna duda es que el tema del narcotráfico y la lucha del mandatario nacional a esa actividad ilícita habrán de convertirse en el principal misil priísta durante la campaña de proselitismo.
Andanada que, por cierto, será muy difícil de eludir por FELIPE y su grupo.
Y hasta la próxima.
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