Por Fernando Fuentes
06/MARZO/2017
Migrantes invisibles
La
migración es un fenómeno de difícil explicación y múltiples aristas. Las
políticas anti-migratorias impuestas por el nuevo gobierno de los Estados
Unidos (EU), no son más que un reflejo de la incapacidad de Donald Trump por
entender los problemas y situaciones que aquejan al mundo. Para saber hasta qué
punto las políticas promovidas por el gobierno estadounidense –y también
mexicano– en esta materia son útiles, es necesario conocer con plenitud las
causas que la propician.
Las
nuevas directrices y órdenes ejecutivas anti-migrantes distan mucho de atender
sus verdaderos motivos. Lo importante no es saber si los inmigrantes en EU
tienen papeles, ni si alguna vez han cometido alguna infracción, o si un muro
detendrá el flujo migratorio; lo verdaderamente importante es comprender por
qué una persona deja su lugar de origen para trasladarse a otro. Los motivos
que causan este fenómeno son de diversa índole: puede deberse a la carencia
condiciones laborales dignas, por desplazo ante la violencia o bien, por costumbre
como lo explica Juan Carlos Rulfo en su documental Los que se Quedan. En este
documental se ven comunidades compuestas en su mayoría por mujeres, pues los
hombres al cumplir cierta edad se van a Estados Unidos.
Tanto
Trump como nuestros políticos parecen ignorar estos factores básicos de la
migración. Las medidas propuestas por Trump son simplistas e impresionistas ya
que se basan únicamente en resultados visibles a los ojos de sus simpatizantes
como lo son la contratación de miles de agentes migratorios, patrullas
fronterizas, o bien, la construcción de un gigantesco muro. Este tipo de
soluciones–a–medias sólo atienden a los síntomas. En cambio, las medidas que
disminuyen la migración son aquellas que van directamente a la raíz y, en
consecuencia, modifican las condiciones de vida en los lugares de origen del
migrante; no obstante, ciertas posturas de Trump irían en detrimento de sus intenciones de frenar la migración.
Donald
Trump dejó de ser una amenaza para volverse una realidad. Los nuevos lineamentos
emitidos desde la Casa Blanca han contribuido a crear un ambiente de miedo y
desconfianza dejando al inmigrante en un estatus similar al de cualquier
prófugo de la justicia. Esto ha afectado especialmente a aquellos oriundos de
México, pues las cifras recientes indican que al menos 1 de cada tres
deportados es mexicano (de las 2.8 millones de deportaciones totales realizadas
en los dos periodos de Barack Obama).
México
no debe repetir los mismos errores que ya cometió con aquellos mexicanos que abandonaron
su tierra. Se debe trabajar en las comunidades y municipios donde hay mayor
afluencia migratoria hacia EU para darles las oportunidades que no tuvieron
quienes ahora están a merced de Trump. La atención no debe concentrarse
totalmente en los consulados mexicanos, porque eso sería afrontar únicamente
las consecuencias migratorias. Sólo atendiendo las causas es como no se le
volverá a fallar a nuestros paisanos
Premio
Nacional de Periodismo 2008 y 2016. Premio México de Periodismo 2013. Director
de la revista Medicina Científica. ferfuentesmtyotmail.com
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